¿Deben tener los campamentos protocolos para las alergias infantiles?

Los pediatras alertan que los monitores y auxiliares deben conocer los protocolos a seguir para detectar y controlar una reacción.

Campamento de verano en Hecho
Imagen de archivo de un campamento de verano en Hecho.
ARCHIVO HERALDO

La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) ha avisado de que la mayor parte de los campamentos de verano, que se inician en España esta semana, no tienen ningún protocolo de actuación frente a alergias infantiles.

Además, la "mayoría" no saben cómo atender los casos de reacciones alérgicas, al no disponer de autoinyectores de adrenalina ni de personal formado, a pesar de que se calcula que cada año aumenta un dos por ciento el número de niños con alergia.

"Hay que conseguir concienciar a toda la sociedad y a la Administración en la importancia de favorecer un entorno seguro para estos niños. En el caso de los campamentos de verano se hace incluso imprescindible pues pasan mucho tiempo fuera de sus casas y sin la vigilancia habitual de sus padres, al igual que en el colegio", ha señalado el coordinador del Grupo de Trabajo de Educación Sanitaria de la SEICAP, Juan Carlos Juliá.

Aunque la mayoría de los niños a esas edades ya están concienciados sobre los cuidados que tienen que seguir o cómo identificar los síntomas, el experto ha destacado la necesidad de tomar una serie de medidas para evitar situaciones de peligro que puedan conducir a que un menor sufra una anafilaxia y que, en caso de accidente, se actúe con rapidez para salvar su vida.

Además, prosigue, hay que tener en cuenta que la mayor parte de los casos de anafilaxia ocurren fuera de casa, por lo que es necesario que el personal que forma parte de estos centros esté formado en la atención y el manejo. "Deben conocer los síntomas que pueden tener estos niños en caso de reacción alérgica y saber administrar el tratamiento de rescate, los autoinyectores de adrenalina, porque en muchos casos puede ser vital", ha apostillado el doctor Juliá.

Y es que, tal y como ha informado, los programas de formación de estos monitores incluyen primeros auxilios, pero nada de enfermedades alérgicas y su atención en caso de emergencia. En este sentido, el doctor ha aseverado que aunque puede permitirse que los niños con riesgo de anafilaxia lleven autoinyectores en sus mochilas, es recomendable que los botiquines de los propios campamentos cuenten con al menos dos.

Del mismo modo, ha subrayado la necesidad de que los pediatras alergólogos consideran importante que el protocolo incluya medidas de comunicación entre los padres, el centro de salud y el campamento. "En caso de urgencia es fundamental la aportación que puedan dar los padres y los profesionales sanitarios para indicar qué hacer en cada situación. Además, contribuye a dar seguridad a los padres", ha argumentado.

Recomendaciones para los campamentos de verano

Finalmente, el Grupo de Trabajo de Educación Sanitaria ha recomendado que en los campamentos de verano se asigne a una persona responsable de la atención de niños con alergia o asma, sepa cómo actuar en caso de reacción y posea una copia del informe del diagnóstico y del tratamiento que haya elaborado el especialista pediátrico.

Además, ha recordado que tanto el responsable como otras personas encargadas del cuidado de estos niños deben recibir formación de un profesional sanitario; que el personal de comedor debe estar informado de las alergias alimentarias que pueda haber; y que el responsable deberá custodiar la medicación, inhaladores o adrenalina autoinyectable, en un lugar seguro pero accesible en caso de emergencia. Asimismo, tendrá que saber administrarla en el caso de que sea necesario, así como identificar y evaluar qué tipo de síntomas está manifestando el menor para poder administrar el tratamiento correcto.

Los síntomas más comunes son el picazón o leve sarpullido en la boca y labios; urticaria, ronchas o picor de extremidades u otra zona del cuerpo; enrojecimiento y lagrimeo de los ojos; y estornudos repetitivos, picor nasal y moqueo abundante.

Ahora bien, los síntomas más graves son ronquera, garganta cerrada, tos repetitiva e hinchazón en lengua, párpados, labios u orejas; respiración entrecortada, agotamiento, piel o labios azulados; y pulso débil, presión arterial baja, desvanecimiento y palidez.

En el caso de reacción alérgica, los expertos han informado de que el personal a cargo del menor deberá estar siempre al lado del niño, llamar a Urgencias y comunicar la reacción alérgica; no dudar en administrar la medicación correspondiente; llevar al niño a un centro médico tras dar la medicación; ofrecer la administración precoz de adrenalina ante los síntomas más comunes, para evitar su progresión a una reacción grave y, en caso de ésta, se deberá usar de forma obligatoria; y tener inmunidad frente a acusaciones judiciales por las consecuencias de administrar la medicación de urgencia o rescate.

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