La mortalidad por linfoma sigue creciendo en España

Los expertos piden más atención e investigación para este tipo de cáncer, más difícil de tratar y diagnosticar.

Los investigadores han encontrado el receptor que promueve estas células por el torrente sanguíneo.
Técnicos de laboratorio.

Cada año se diagnostican en España más de 7.500 casos de linfoma y las previsiones auguran que la cifra aumentará un 30% en 2030, con lo que el Grupo oncológico para el tratamiento y estudio de la patología (Gotel), ha reivindicado más atención e investigación para este tipo de tumores.

Lo ha hecho el presidente de Gotel, Mariano Provencio, en un acto en el que ha presentado una radiografía de la enfermedad, en el marco del XX Simposio de Revisiones en Cáncer, en el que ha reivindicado centros de referencia en estas patologías, las cuales tienen un alto índice de curación.

Y es que solo un 6% de los pacientes con linfoma son atendidos por un oncólogo en las primeras fases del diagnóstico, siendo, además, un tumor difícil de tratar y su estudio muy complejo, con lo que, según Provencio, no anima a muchos especialistas a dedicarse a ello.

Así, Gotel se ha propuesto para este año acercarse a los futuros médicos y trasladarles su preocupación por el aumento de la incidencia y la mortalidad de esta enfermedad, de forma que se interesen por ella y se dediquen a su investigación y asistencia.

"Cuanta más experiencia en un tumor, mas probabilidad de éxito se tiene", ha destacado Provencio, quien también es el jefe del Servicio de Oncología del Hospital Puerta de Hierro de Madrid y que ha considerado también que los pacientes necesitan calidad en su asistencia.

Los linfomas son el sexto tumor en frecuencia en mujeres en España y el séptimo, en hombres; además, España se encuentra en los primeros puestos de la UE en cuanto a incidencia y mortalidad.

Si en 2002 fallecieron en España a causa de tumores linfáticos un total de 4.217 personas, en 2015 la cifra aumentó un 15% hasta alcanzar los 4.863, lo que equivale a unas 13 personas al día, y las previsiones de Gotel son que en 2030 la mortalidad aumente un 30%.

"Los linfomas tienen una clara relación entre países desarrollados y más incidencia", ha señalado Provencio, quien ha explicado que la mortalidad va ligada a la incidencia.

También ha reivindicado más investigación en esta materia y en este sentido ha querido subrayar que Gotel ni ningún otro grupo cooperativo que se dedica a la investigación reciben financiación pública por parte del Instituto de Salud Carlos III, una situación que ha calificado de "lamentable".

"Podemos tener más publicaciones que varios centros asociados, más trascendencia internacional, más estudios pero son normas que alguien puso y ningún grupo de investigación se considera como tal acreditado y con financiación", ha apostillado el presidente de Gotel. Ha aclarado que no es partidario de que el Estado financie "a todo el mundo" pero sí de que fije unos criterios para que estos grupos de investigación puedan optar a las subvenciones, que deben repartirse "con la máxima rigurosidad".

La presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer y de la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Begoña Barragán, también ha intervenido y ha suscrito las reivindicaciones de Provencio, ya que, a su juicio, se traducirían en el beneficio de los pacientes.

Barragán, a quien diagnosticaron un linfoma en 2001, ha puesto de manifiesto que en la sociedad existe un desconocimiento sobre estos tumores y ha insistido en la importancia de que el paciente tengan un tratamiento de calidad.

El síntoma más habitual es la aparición de un bulto que no suele ser doloroso y algunos pacientes pueden presentar fiebre, sudoración, pérdida de peso o picor y manchas en la piel.

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