La displasia broncopulmonar la más frecuente en prematuros

Estos niños tienen tendencia en sus primeros años de vida a presentar infecciones respiratorias de vías bajas.

Esta patología está causada principalmente por la interrupción del crecimiento del pulmón.
La displasia broncopulmonar la más frecuente en prematuros

La displasia broncopulmonar es una enfermedad pulmonar crónica que afecta a recién nacidos prematuros con muy bajo peso al nacimiento, especialmente los menores de un kilo, y representa la causa más frecuente de enfermedad respiratoria en estos menores, según ha recordado la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid) con motivo del Día Mundial del Niño Prematuro que se celebra este jueves.


Esta patología está causada principalmente por la interrupción del crecimiento del pulmón, tanto de sus vasos sanguíneos como de las estructuras pulmonares, lo que da lugar a una limitación en la función respiratoria de grado variable.


Pero además de la inmadurez pulmonar propia por haber nacido antes, también intervienen otros factores que afectan al niño durante la vida pre y postnatal, como las infecciones, alteraciones cardiacas o los tratamientos que necesitan los niños prematuros mientras están en las unidades de cuidados neonatales.


No obstante, los neumólogos reconocen que en la mayoría de los casos el diagnóstico clínico es sencillo y se manifiesta como un aumento del trabajo respiratorio y la necesidad de administrar oxígeno para mantener una adecuada oxigenación.


"Un recién nacido prematuro tiene displasia broncopulmonar cuando precisa aporte de oxígeno (O2) suplementario al menos durante 28 días. Se la clasifica en leve, moderada o grave según las necesidades de O2 en una evaluación posterior", han explicado Lucía Linares Lejarraga y Salomé Albi Rodríguez, del Grupo de Trabajo de Pediatría de Neumomadrid.


En las formas leves, en el momento de esa evaluación no necesitarán oxígeno pero en las moderadas necesitarán concentraciones bajas y en las graves necesitarán concentraciones altas e, incluso, ayuda de soporte respiratorio con algún tipo de ventilación mecánica.


Además, estos pacientes requieren un seguimiento muy exhaustivo, global y multidisciplinario. "Representa un reto para todos los agentes sanitarios implicados en su cuidado (neumólogos, neonatólogos, pediatras, nutricionistas, fisioterapeutas, cardiólogos, etc.), dado que no existe ningún tratamiento curativo de la enfermedad", añaden. 


El doble de hospitalizaciones por problemas respiratorios

Cuando reciben el alta y durante sus primeros años de vida, estos niños suelen tener más tendencia a presentar infecciones respiratorias de vías bajas (más frecuentes y con aparición de más síntomas). De hecho, la tasa de hospitalización durante los primeros dos años de vida por reagudizaciones respiratorias suele ser el doble que en la población de niños nacidos a término sin esta patología.


Para prevenir estas infecciones en la época de riesgo (otoño-invierno) es muy importante lavarse frecuentemente las manos y evitar llevar al niño a lugares con gran aglomeración de gente o contacto cercano con personas acatarradas.


Además de recibir las vacunas del calendario sistemático de cada comunidad, deberán recibir la vacuna de la gripe, la del neumococo y, según las recomendaciones actualizadas en cada momento, el tratamiento para la prevención de la bronquiolitis por virus respiratorio sincitial. Y, según las expertas de Neumomadrid, es especialmente importante concienciar a los familiares del niño a fin de evitar la exposición al humo del tabaco, prohibiendo que se fume en su entorno.


Cuando llegan a edad adulta parece que los niños prematuros con displasia broncopulmonar tienen más datos de reactividad bronquial, sibilancias o limitaciones al realizar ejercicio físico que otros niños prematuros sin displasia o niños a término, aunque aún no está claro cómo será el crecimiento del pulmón de los niños prematuros con los nuevos tratamientos y estrategias de asistencia respiratoria que se usan ahora en las unidades neonatales.


"Sí hay algunos estudios que hablan de un mayor riesgo de desarrollar alteraciones pulmonares como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en la edad adulta", comentan las especialistas, que por ello abogan por "cuidar entre todos el pulmón de los niños prematuros para que alcancen el máximo desarrollo posible", concluyen.


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