El Programa de Atención al Ictus en Aragón (PAIA), que desarrolla la sanidad pública desde hace siete años en la Comunidad, ha reducido la mortalidad por esta causa un 23% entre 2009 y 2014. El consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, y los neurólogos Javier Marta y María Bestué han presentado este miércoles los resultados de la estrategia implementada a partir del PAIA.

Celaya ha resaltado la eficacia de este programa, mediante el que se coordinan los recursos de personal y tecnológicos de los hospitales Miguel Servet y Clínico de Zaragoza, los centros secundarios y la atención primaria, implicando a profesionales médicos y de enfermería, organizados en equipos multidisciplinares. Si en 2008 había 3.500 afectados en la Comunidad autónoma, a día de hoy son 2.800 los aquejados de ictus.

María Bestué ha señalado que la mortalidad por ictus, la segunda causa de muerte en España, ha bajado del 43 al 25,8% en hombres y del 50 al 33,7% en mujeres, por lo que ha descendido la mortalidad prematura.

La especialista ha explicado que las unidades y áreas de ictus dan servicio directamente al 94% de la población y en los próximos meses se incorporará el único hospital que falta, el de Alcañiz (Teruel). Ha hecho hincapié en que el programa incluye la coordinación de los especialistas con las unidades de atención primaria y las de rehabilitación.

Además, se ha formado al personal de enfermería en esta dolencia, se ha desarrollado el procedimiento 'Teleictus', mediante el que los neurólogos del Miguel Servet y el Clínico, cuyas unidades prestan servicio las 24 horas del día, asisten a pacientes en toda la Comunidad autónoma.

Cuando un paciente acude a los servicios de urgencias con síntomas de esta enfermedad se activa el 'Código Ictus' y se le da el tratamiento especializado, ha informado María Bestué, observando que el tratamiento es más eficaz en las primeras seis horas del inicio, periodo en el que es imprescindible acudir a urgencias o llamar al 061.

El programa ha servido para abordar esta enfermedad de otra forma con la colaboración de las asociaciones de pacientes, ha dicho Bestué, quien ha recalcado que el ictus se puede prevenir y que, una vez se produce, pueden limitarse los daños.