Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, asegura que pese a todo el revuelo causado por el anuncio de la OMS, la infección por el virus del Zika "no ha generado una alerta de salud pública". Al menos, en España, donde en un periodo de tres meses se han identificado un total de 27 casos relacionados con el virus, que se estima que afecta a un millón de personas en todo el mundo. 

Desde su llegada al Centro de Alertas, en el año 2012, a este epidemiólogo aragonés le ha tocado gestionar varias crisis de índole mundial, algunas de ellas -como el ébola- con un impacto mediático muy superior al que podían haber previsto en el Ministerio. No obstante, Simón se queda con la parte positiva de su experiencia en la lucha contra la enfermedad. "Gracias al tamaño de la epidemia de ébola, se han aprendido aspectos nuevos que no se conocían hasta ahora y esto ha permitido mejorar nuestros protocolos y la capacidad de respuesta implementando los mecanismos de coordinación adecuados", subraya Simón. 

El zika -asegura- está muy lejos de convertirse en una amenaza como la que supuso la llegada del ébola a España. "Es cierto que la transmisión de este virus es muy elevada -y mayor que la del ébola- pero el mecanismo de transmisión del zika y su gravedad no tienen nada que ver con esta otra. El zika se transmite por medio de un vector (en este caso un tipo de mosquito capaz de propagar la enfermedad) y el que tenemos en España no es el mejor transmisor de esta", detalla.

En Aragón, según informaba hace una semana el director de Salud Pública, Francisco Javier Falo, se ha encontrado la presencia de este mosquito en la zona de Barbastro y Monzón (Huesca). "Hay un par de municipios aragoneses donde se ha encontrado el vector. No obstante, en nuestra región tenemos la suerte de que hay un equipo de vigilancia que otras CC. AA. no poseen y eso pone a Aragón en ventaja. Es un arma que beneficia mucho a la población", tranquiliza Simón. 

Aun con todo, este epidemiólogo insiste en la necesidad de implicar a la ciudadanía en la prevención de la transmisión del virus, cuya mayor preocupación se vincula a los casos de microcefalia acontecidos en Brasil. "El único problema que tenemos con el zika no es el virus en sí -cuya enfermedad es muy leve- sino una serie de conglomerados de casos de microcefalia en zonas de Brasil y de la Polinesia Francesa que conllevan daños neurológicos en niños recién nacidos", explica. Así, ante la falta de exactitud para esclarecer "cuán fuerte" es la relación entre la transmisión del virus y el desarrollo de microcefalia en los bebés de mujeres embarazadas expuestas al zika, las recomendaciones se han hecho "más explícitas" en las últimas semanas en lo que respecta a este grupo de población. "Mientras todo esto se dilucida, se refuerza una recomendación habitual que ya se hace a cualquier embarazada que va a hacer un viaje a una zona tropical con enfermedades que no existen en nuestro entorno, sea el zika, el dengue o el chikungunya", matiza. Entre otras cosas, el "evitar viajes innecesarios a zonas de riesgo" o tomar medidas de protección sexual -como el uso del preservativo- si se mantienen relaciones con personas de las regiones afectadas por la transmisión del virus del Zika.

El control de los mosquitos para evitar la transmisión del virus

Por el momento, las autoridades desconocen todavía cuánto tiempo permanece el virus en el semen, si bien el riesgo de transmisión sexual de la enfermedad es irrisorio ahora mismo. "Hay formas de transmisión esporádica del virus y esta es una de ellas. Lo que sabemos hasta ahora es que en Estados Unidos hay tres informes publicados sobre tres situaciones de este tipo y en ninguno de esos casos la certeza es absoluta", informa Simón, quien matiza que son "tres" entre más de un millón de casos de infección detectados hasta la fecha. Aun con todo, y sabiendo que el riesgo es "mínimo" desde el Ministerio de Sanidad hacen hincapié en la necesidad de tomar todas las medidas oportunas para prevenir una enfermedad sobre la que todavía queda por investigar. 

"La población tiene que implicarse en el control del mosquito tigre aplicando medidas en aquellos puntos donde se críe el mosquito para asegurar que estén limpios, secos y libres de huevos. Ser conscientes y tomar medidas genéricas de higiene medioambiental en las casas, jardines privados y terrazas es el primer paso que todos debemos dar", insta el epidemiólogo, quien advierte de que los vectores (seres vivos capaces de transmitir o propagar una enfermedad) van a ser en el futuro "uno de los riesgos de salud pública más importantes a los que nos vamos a tener que enfrentar con cierta periodicidad" en un momento en el que el cambio global está modificando el hábitat de estos mosquitos y posibilitando su desarrollo en zonas en las que antes era muy difícil encontrarlos. "Cuanto mejor controlemos esos vectores, menos riesgo vamos a tener. La población tiene que ser consciente de su existencia alrededor de las casas y tratar de controlarlos con un buen saneamiento del ambiente", concluye.

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