Turismo sanitario a Egipto, una alternativa contra la hepatitis C que no está al alcance de todos

Este mes de enero partirá, con seis enfermos, el primer viaje a Egipto de la agencia Sanantur, cuya oferta plantea varios interrogantes.

La agencia Sanantur ofrece un 'pack hepatitis C' para tratarse en Egipto con los nuevos fármacos por 5.000 euros.
La agencia Sanantur ofrece un 'pack hepatitis C' para tratarse en Egipto con los nuevos fármacos por 5.000 euros.
Sanantur

Este mes de enero viajarán a Egipto los seis primeros clientes de la agencia Sanantur: seis enfermos españoles con hepatitis C que han encontrado en el turismo sanitario una alternativa para acceder a los fármacos de nueva generación que la Administración les niega. 


"En la sanidad privada hay gente que ha pagado 30.000 euros por estos tratamientos. Nosotros ofrecemos precios razonables y creemos que lo ético era poner esto en el mercado porque es una opción más que tiene la gente", defiende Xabier Carbó, gerente de esta compañía de viajes que decidió impulsar esta oferta a raíz de la experiencia de un conocido. Alfredo, que colabora actualmente con la compañía, tenía hepatitis C, pero no conseguía el tratamiento en España, así que decidió buscarlo por otros cauces y contactó después con el actual gerente de Sanantur. "A raíz de su experiencia, nosotros decidimos organizar este viaje a Egipto y durante un año hemos estado estableciendo contactos con todo el equipo médico de allí para encajar también todo el tema legal y de protección de datos", subraya Carbó.


Viajes a El Cairo por 5.200 euros, con prestaciones médicas y visitas guiadas

Estos viajes programados rondan los 5.200 euros en su versión más "básica", e incluyen, además de las prestaciones sanitarias especializadas para el tratamiento del virus, un viaje de ida y vuelta desde España a El Cairo, visitas guiadas a las pirámides y la estancia en un hotel de cinco estrellas durante 4 noches.


Por el momento, desde Sanantur se niegan a concretar cuándo se realizará la primera expedición, que está prevista para este mes de enero. Lo hacen -dicen- por respeto a estos pacientes y al contrato de confidencialidad que mantienen con ellos. "En algunos casos, la familia no sabe que van; en otros, su entorno no conoce que son portadores de la hepatitis y temen verse expuestos y también hay interesados que forman parte de las plataformas de afectados y a los que realizar este viaje les supone entrar en conflicto con otros compañeros", detalla Carbó.


Por el momento, en esta primera expedición, no hay ningún paciente aragonés. Quienes viajan -explican- se encuentran en la primera fase de la enfermedad, afectados que quedan excluidos del acceso "prioritario" a los nuevos fármacos que contempla el Plan Estratégico Nacional contra la Hepatitis C. "Hasta ahora no hemos tenido personas que estén en fases avanzadas, pero existe la posibilidad. Por el momento, creemos que estamos dando una opción a mucha gente que no está siendo tratada por la Seguridad Social y que tendría que pagar unos precios altísimos en la medicina privada en España", añade el gerente de Sanantur.


Los interrogantes que plantean estos viajes

La oferta, sin embargo, les genera dudas a los especialistas de la Sanidad pública y a las plataformas de afectados, que ven en este turismo sanitario una opción "arriesgada", que no está tampoco al alcance de todos. "A nosotros nos parece desastroso lo que se está haciendo con la enfermedad. Hay gente que no se puede marchar a Egipto porque no hay dinero y esa es la lucha que nosotros tenemos", critica el oscense Manuel Urueña, coordinador de la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C y uno de los pacientes tratados este 2015 en Aragón con los nuevos fármacos.


Por su parte, el especialista Miguel Ángel Simón, miembro del Comité de Expertos para el abordaje de la hepatitis C en Aragón, advierte de los posibles efectos adversos que tienen estos tratamientos y de la falta de garantías que ofrecen estos proyectos. "Tratarse a miles de kilómetros de distancia es un hándicap importante. Nosotros pensamos que es mejor tratarse con los nuevos fármacos en España, donde están bien contrastados, y hay un especialista controlando ese seguimiento", subraya este hepatólogo del Clínico.


Además de la seguridad de estos tratamientos, el turismo sanitario a Egipto plantea otra serie de interrogantes a tener en cuenta, ya que una mala praxis o la potencia del propio fármaco podría hacer que el paciente generara resistencias que impidan nuevos tratamientos, en el caso de que fracasaran estos. "Tratarse fuera puede tener unas consecuencias para la salud del enfermo. Hay casos que requieren de un control muy exhaustivo por las interacciones que pueda tener el fármaco con otras medicaciones o patologías. Por eso, hay que ser muy juicioso en la elección de estos, en cómo se hace y en su seguimiento", asegura este especialista. 


Cumplimiento del Plan Estratégico Nacional

Desde un punto de vista epidemiológico, el doctor Simón reconoce que "cuanto antes se trate a todos, el beneficio es mayor". Sin embargo, el alto coste de estas terapias combinadas con simeprevir, daclatasvir o sofosbuvir hace "inviable" que los recursos de la Sanidad pública alcancen para todos los afectados. Esto explicaría que inicialmente el Plan Estratégico Nacional solo recogiera aquellos casos en los que el paciente estaba ya en fases avanzadas de la enfermedad, a excepción de aquellos enfermos en los que una afectación extrahepática o un alto riesgo de contagio pudiera convertir al paciente en candidato a estos nuevos fármacos. "Es lícito que cada uno piense que tratarse pronto es lo mejor, pero si hay un número de tratamientos y se emplearan en tratar a gente con menos daño, los enfermos más graves podrían progresar y estar en riesgo de muerte", puntualiza el doctor Simón, quien explica que los pacientes que se encuentran en la primera fase de la enfermedad -en grado 0 o en fase 1- tienen una evolución más lenta y, por tanto, "se sabe que es muy difícil que progresen en los próximos diez años".


En Aragón, según datos del departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia, se ha tratado a cierre de 2015 a un 53% de los afectados que contempla el Plan Estratégico Nacional. Según este documento, revisado y aprobado el año pasado, se va a tratar a 50.000 personas con hepatitis C en un plazo de dos años. En el año 2012 -recalca este especialista- se trataban en España a 9.000 pacientes al año, mientras que en estos ocho meses (desde que se aprobó el Plan) se ha atendido a casi 30.000 pacientes con un coste económico importante para las arcas públicas. En Aragón, se estima que más de 1.500 afectados serían candidatos a recibir estos fármacos de última generación. Por el momento, según han informado desde la agencia Sanantur, no habría ningún aragonés entre los miembros de esta primera expedición rumbo a El Cairo.


La esperanza de los nuevos fármacos

Desde Sanantur insisten en que la ratio de curación con estos fármacos en personas que están en fases iniciales de la enfermedad ronda el 98%. "La gente prefiere tratarse cuando se encuentra bien pero desgraciadamente, tal y como está la situación aquí, en Alemania y en otros países en los que operamos, el problema es que tienen que estar mucho peor para que les traten. Por eso hay gente que entiende que una opción de turismo médico, de medicina privada, es esta", dice en relación a los viajes que ofertan.


En la actualidad, Egipto es el país que tiene más prevalencia de hepatitis C en el mundo, y desde Sanantur defienden que trabajan con los mejores especialistas y hepatólogos de la región, entre ellos, el doctor Sherif Abdel Fattah. Desde esta compañía explican que el gobierno egipcio recibió 200.000 dosis de Sovaldi para atender a la gente sin recursos del país, y al mismo tiempo, firmó un acuerdo con una multinacional con cinco fábricas que elaboran el genérico, con capital indio y egipcio, para tratar a otros pacientes de fuera con fármacos de última generación. "Desde que sacamos la oferta, ha habido polémica por parte de las plataformas, pero nosotros somos los primeros que creemos que el medicamento debería ser para todos. Poner esta alternativa a precios razonables en el mercado de la medicina privada nos parece ético cuando hay gente que está pagando los 30.000 euros", se defiende Carbó. 


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