Alrededor de 1,5 millones de hombres en España sufren incontinencia urinaria

Una patología que no solo limita su vida social y laboral, sino que también les perjudica a nivel psicológico.

Alrededor de 1,5 millones de hombres en España sufren incontinencia urinaria y, de ellos, nueve de cada diez asegura tener miedo al rechazo social y limitan deliberadamente por este motivo sus actividades públicas.


La incontinencia urinaria es la pérdida del control de la vejiga y sus síntomas pueden variar desde un leve escape de orina hasta la incontinencia total.


Esta patología afecta en gran medida a la calidad de vida de las personas que la sufren y así lo afirma el 64% de los españoles afectados, según datos facilitados por el Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI) con motivo de la celebración el 14 de marzo del Día Mundial de esta enfermedad.


Los afectados aseguran que no solo limita su vida social y laboral, sino que también les perjudica a nivel psicológico. Las principales razones son la vergüenza a admitir su problema y el miedo a sufrir escapes repentinos en público, lo que afecta gravemente a su autoestima.


Algunos expertos aseguran que en ciertos casos la incontinencia urinaria incluso puede llegar a provocar ansiedad o depresión.


El 41,4% asocia la incontinencia a la edad y por este motivo la gran mayoría lo asume como algo normal con lo que tendrá que convivir día a día, sin saber que existen soluciones para mejorar su calidad de vida.


Los datos del ONI ponen de relevancia que la problemática de la incontinencia urinaria afecta de forma distinta a hombres y mujeres, ya que éstas lo asumen de manera mucho más natural (hablan entre ellas del tema y consultan más habitualmente con su médico).


Por el contrario, los hombres perciben la enfermedad como un tema tabú. La vergüenza y la baja tasa de consultas fomentan el desconocimiento sobre las posibles soluciones que existen frente a esta disfunción urinaria, pese a que gracias a un diagnóstico adecuado y a un tratamiento dirigido, pueden conseguir una mejoría e incluso la curación del problema.


"Hoy en día existen técnicas muy seguras y poco invasivas que ayudan a los pacientes afectados a recobrar el control de su vejiga y a volver a llevar una vida normal", señala el doctor Juan Ignacio Martínez-Salamanca, del hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda y del Centro de Urología Médico-Quirúrgico.


Entre ellas, las mallas o cabestrillos quirúrgicos, que cuentan con un 90% de efectividad, y que ayudan a reposicionar la uretra permitiendo recuperar el control de la vejiga.


Además, también existe la posibilidad de insertar un esfínter urinario artificial para paliar el problema. 


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