La desnutrición crónica favorece las enfermedades infecciosas

El déficit crónico de calorías multiplica el riesgo de complicaciones que pueden llevar a la muerte.

Las diferencias en términos de desnutrición se disparan en Delhi.
La desnutrición crónica favorece las enfermedades infecciosas
UNICEF

El déficit crónico de calorías y proteínas o desnutrición crónica reduce la inmunidad frente a enfermedades infecciosas como el ébola, la malaria, el sida o la gripe, a la vez que multiplica el riesgo de complicaciones que pueden llevar a la muerte, y favorece el incremento de enfermedades infecciosas en países en vías de desarrollo, según ha recordado el doctor Serra-Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, y titular de la Cátedra UNESCO de Sistemas de Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.


Esta es una de las principales conclusiones que se presentarán dentro del III Congreso Mundial de Nutrición y Salud Pública, que se celebrará del 9 al 12 de noviembre en Las Palmas de Gran Canaria, y que ha sido presentado este miércoles. Además se va a tratar cómo atajar este tipo de problemas sentando las bases de una nutrición comunitaria que impulse herramientas adecuadas para reducir las tasas de desnutrición.


"La desnutrición no sólo afecta a la talla y al peso, también al sistema inmunitario debido a la ingesta deficitaria de nutrientes, calorías y proteínas. Tanto es así que en los niveles agudos de malnutrición se incrementa el riesgo ante dolencias oportunistas respiratorias, intestinales o tuberculosis, entre otras", explica Serra-Majem, quien residente del citado Congreso.


Las cifras de mortalidad causada por desnutrición continúan estando en cotas elevadas, en los últimos 20 años se han conseguido reducir desde el 53% hasta el 35-40% actual gracias a las mejoras sanitarias y económicas en algunas regiones. "De todas formas, y debido a la crisis en la que estamos sumidos actualmente, este porcentaje podría volver a incrementarse por los retrocesos sociales, sanitarios y económicos que se están viviendo en varios países", añade.


En su opinión, "los sistemas de salud pública y alimentarios tienen mucha relación entre sí, sin embargo se abordan normalmente por separado, esto tiene que cambiar; tenemos que integrar y entender que la producción de alimentos tienen mucha repercusión sobre la salud, y de alguna manera ambos deberían estar integrados, Sanidad y Alimentación y Agricultura", explica a Europa Press.


En cualquier caso, ante el aumento de casos de desnutrición por culpa de la crisis y los recortes de ayudas a familias de bajos recursos, entiende que "la Administración debería hacer más, quizás no tanto a nivel económico como de formación, capacitación o movilización".

Sistema sostenible

Este experto aboga por crear un sistema alimentario que sea sostenible y pueda mantenerse de forma autónoma, de modo que proporcione a la población alimentos de la manera más adecuada. Serra-Majem cree que hay que buscar sistemas sostenibles partiendo de la base de que "no debemos pretender una alimentación saludable a cualquier precio".


El experto apuesta por un sistema alimentario centrado en lo que se puede producir en el territorio, esto además de sostenible produce un desarrollo eficaz del medio rural y una dinamización económica del propio país.

Para poder desarrollar políticas que hagan posible poner en marcha sistemas que hagan sostenibles los sistemas sanitarios de modo que repercuta en el beneficio de la salud de la población hay que trabajar salvando sus complicaciones.


Así, en el Tercer Mundo cree que el problema es que falta una capacitación adecuada, "que estos alimentos se puedan producir de una forma adecuada", es decir con los recursos adecuados y gente preparada; en el mundo desarrollado, la situación es distinta pero se empieza a ver dificultades para llevar a cabo la producción agrícola sin las ayudas y apoyos de la Administración, por tanto se puede pensar que se trata de sistemas sustentados por ayuda.


"Trabajar con un sistema subvencionado crea una dependencia y lo hace poco sostenible en el tiempo; hay que buscar o crear sistemas que, en la medida de lo posible, y siempre de manera paulatina se puedan desprender de esta dependencia; en el tercer mundo es un tipo de dependencia y en el primero es de otro tipo, pero al fin y al cabo ambas son dependencias".

Más de 1.500 profesionales de 90 países

El III Congreso Mundial de Nutrición y Salud Pública también dará cabida a las novedades más significativas en epidemiología nutricional, los alimentos funcionales, la nutrigenómica o los nuevos indicadores de la desnutrición.


"La prevención ha dejado de tener como objetivo principal la consecución de mejoras en la higiene o los programas de vacunación, para centrarse en la búsqueda de soluciones que abarquen las distintas facetas etiológicas de los actuales problemas de salud como la obesidad, la malnutrición, las enfermedades cardiovasculares, el deterioro cognitivo o el sedentarismo, entre otras", apunta el doctor Javier Aranceta, profesor asociado de Medicina Preventiva y Salud Pública y de Nutrición de la Universidad de Navarra, así como presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC)


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