De todos los elementos indispensables que debemos llevar en el coche, la rueda de repuesto y el kit antipinchazos son algunas de las más importantes, ya que por mucho que tengamos el coche a punto un imprevisto en la carretera puede estropear el camino diario hacia el trabajo o esa escapada que con tanto ahínco se ha preparado.

Aunque algunos seguros ofrecen la posibilidad de acudir al lugar donde se ha producido un percance y reparar al momento, y también existe la opción de llamar a la grúa, sufrir un pinchazo no es sinónimo de que cunda el estrés al volante, sino de detenerse en un lugar seguro -y a ser posible llano, para facilitar la tarea-, salir del vehículo con el chaleco reflectante y colocar los triángulos de señalización de peligro para solucionar el imprevisto y continuar conduciendo. 

En tres pasos

Para colocar la rueda de repuesto necesitas el gato, la llave de cruceta y los tornillos de seguridad. Lo primero que hay que hacer es aflojar las tuercas de la rueda y retirar el tapacubos (en caso de llevarlo) para después colocar el gato. En el manual de uso del coche se indica el lugar exacto donde colocarlo. Tras haber elevado el coche, retira los tornillos (recuerda donde los dejas para que no se extravíen) y la rueda pinchada, que puedes poner debajo del coche, pues en caso de que el gato falle, amortiguará el golpe. Encaja la rueda de repuesto y coloca los tornillos, apretándolos con la mano todo lo posible. Una vez colocada, baja el coche, aprieta los tornillos y retira la rueda de apoyo. Cuando la rueda de recambio toque el suelo, quita el gato y aprieta los tornillos. Tras el cambio, comprueba la presión del neumático en la gasolinera y pide cita en tu taller, pues la rueda  de repuesto solo puede utilizarse de manera temporal y sin superar los 80 km/h.

- Ir al suplemento 'On the road'