Después de horas seleccionando todo lo que necesitas para pasar unas vacaciones de diez, ya tienes tu equipaje listo. Aunque parecía imposible meter todo en la maleta, al final lo has logrado, pero el juego de Tetris no se acaba, ya que aún tienes que conseguir que quepa todo en el coche. Por eso, si quieres evitar que este momento se convierta en un auténtico suplicio, toma nota de estos consejos.

Prepara el equipaje pensando en el maletero

Es importante que seas consciente del espacio disponible antes de preparar el equipaje de viaje. De esta manera, se puede jugar con los diversos tipos de maletas (buscando bolsas más moldeables) y conseguir llevar todo lo que se desea (aunque en ocasiones se acabe con más bultos de los necesarios).

Organiza en función del peso

Aunque muchas veces no se tenga en cuenta, la carga extra del coche afecta a su estabilidad, por lo que es importante organizar el maletero siguiendo una norma básica: las maletas más pesadas siempre deben estar debajo. De esta manera, se conseguirá una mayor estabilidad, además si estos equipajes son rígidos ayudarán a incluir más bultos encima.

Mantén todo bien sujeto

Además de distribuir bien la carga, otro método para llenar el maletero de manera segura es agarrarlo. Para ello, se utiliza el sistema de sujeción del vehículo (redes o bandas elásticas), pero, en el caso de que no dispongas de este sistema, puedes adquirir un pulpo de goma. Este método es muy barato y permite agrupar la carga y fijarla para que no se desplace con las curvas o frenadas, enganchándose a cualquier punto del maletero.

No lleves nada suelto en el interior

Todo debe ir al maletero. Aunque esté sujeto, no debes dejar nada en el interior del vehículo. Cualquier objeto que se mueva puede distraerte de la conducción o convertirse en un proyectil que puede dañar a los pasajeros. Tampoco conviene llevar nada en la bandeja trasera que limite la visibilidad.

Adapta la presión de las ruedas

A la hora de realizar un viaje en el que se vaya a llevar carga, es esencial cambiar la presión de las ruedas, que suele ser entre una y tres décimas superiores a las normales. Estas se deben ajustar a la hora de viajar y cuando se descargue el maletero.

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