Boris Fabris: "Diseñar un coche normal implica más retos que un Ferrari"

El diseñador italiano, en cuyo currículum destaca el SP1 de Ferrari, impartió en Zaragoza un taller sobre diseño de automoción a los alumnos de la ESDA.

El diseñador Boris Fabris, el miércoles en la Escuela Superior de Diseño de Aragón.
El diseñador Boris Fabris, el miércoles en la Escuela Superior de Diseño de Aragón.
Francisco jiménez

El taller que ha ofrecido a los alumnos de la Escuela Superior de Diseño de Aragón (ESDA) ha llevado por título ‘Pensar una idea diferente’, ¿cómo se consigue?

Si tienes la pasión suficiente y las habilidades necesarias, llega. Uno siempre tiene que tener una idea y que además sea bella. Después, tocará ir adaptándola a las necesidades del fabricante y a lo que verdaderamente es posible, pero lo primero es el concepto. Cuando comienzo con un nuevo proyecto me imagino el coche que me gustaría tener, pero también pienso en su funcionalidad. Hay que fusionar el estilo con la utilidad. Algunos amigos me preguntan por qué no lo intento con otros vehículos como las motos, pero lo único que imagino son coches.


¿Y esa primera idea debe ser independiente de la marca a la que vaya dirigida?

No, considero que hay respetar el lenguaje del fabricante para el que se trabaja. Si a un coche se le quita el nombre y el escudo de la marca tiene que ser posible identificarlo. Me encuentro con coches que no son reconocibles y eso no es bueno.


Sin embargo, suele haber tendencias coincidentes en el diseño.

Lo importante es ser el primero. Si sigues algo, lo más que puedes ser es el segundo. Nuestra meta es que la gente compre y si innovas y al público le gusta lo hará. El cliente siempre pide cambio y novedad.


El panorama actual con la irrupción de los híbridos, los eléctricos o los sistemas de conducción autónoma animan a ello.

La mejora tecnológica influye de forma determinante en el diseño. Estoy convencido de que los eléctricos son el futuro que ya está aquí y al que lo único que le falta es crear la infraestructura necesaria para la recarga o la reposición de las baterías. Nuestra misión, como siempre, debe ser crear algo bello que la gente quiera. Se abren muchas posibilidades.


Quizá a este respecto se haya pecado a veces de querer cambiar demasiado y algunos modelos hayan acabado pareciendo juguetes.

Ese fue un error que se cometió en el pasado al querer crear vehículos con aspecto divertido, aunque también habría que ver si a un coche urbano es necesario otorgarle un aspecto agresivo. Un ejemplo de unión entre nueva tecnología y diseño es el BMW i8, cuando lo ves llegar parece una nave espacial. Los Tesla son hermosos, pero quizá se podría haber hecho algo más. ¿Si tienes una tecnología nueva por dentro, por qué no intentas cambiar también el exterior? Otro campo interesante es la conducción autónoma. Si realmente no se va a necesitar elementos como los pedales o el volante, se puede crear un concepto totalmente nuevo de vehículo.


Es el diseñador del Ferrari SP1, un modelo exclusivo del que se produjo un único ejemplar encargado por un coleccionista japonés, ¿cómo es trabajar en un proyecto de este tipo?

Fue una gran experiencia y soy un afortunado por haber formado parte de ello. Tienes a un gran equipo contigo y pocos límites, pero eso no suele ser lo habitual. Para mí, mi mejor trabajo es el que hice para la marca china Haima, porque cuando afrontas un coche normal hay que superar muchas limitaciones. El fabricante siempre va a estar ahí diciéndote esto es muy caro, busca algo más barato, o estos faros no los podemos hacer así. Siempre gusta contar con un gran presupuesto, pero yo prefiero explorar nuevas posibilidades.


¿Resulta eso posible en China?

Es un lugar en el que se está creciendo mucho, con una gran cantidad de marcas compitiendo y donde hay muchas ganas de aprender y mejorar. Pero obviamente existen diferencias. Lo quieren tener todo planificado de inicio, cuando suele ser normal que el proyecto vaya sufriendo modificaciones.


¿Qué coche conduce un diseñador?

El coche de mis sueños sería un Ferrari BB, pero no tengo el dinero suficiente y además soy el padre de dos hijas. Mi automóvil es familiar. En él puedes encontrar comida y juguetes, eso en el Ferrari SP1 sería inimaginable.


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