¿Quién eres en las redes sociales?

La generación Z (16-23 años) es la generación que mayor uso hace de las redes y la más adicta a ellas, seguida de la generación millenials (24-38 años).

¿Quién eres en las redes sociales?
¿Quién eres en las redes sociales?

Has crecido con la tecnología y forma parte de tu día a día. El contacto a través de las redes sociales es frecuente,  pues permite comunicarte entre todas las personas de una forma más eficaz y crear comunidades entorno a gustos, preferencias...

Según el Estudio Anual de Redes Sociales en España de 2018, el tiempo que ocupan los españoles de media a las redes sociales al día es de 58 minutos diarios, siendo los más jóvenes los que suben la media alcanzando la hora y diez minutos.

La generación Z (16-23 años) es la generación que mayor uso hace de las redes y la más adicta a ellas, seguida de la generación millenials (24-38 años). Las redes más utilizadas son WhatsApp, Instagram y Youtube, mientras que Facebook pierde presencia a favor de Instagram.  Siete de cada diez usuarios/as siguen a algún/a 'influencer', consideran que son creíbles y, entre ellos, poco publicitarios.

¿Por qué nos atraen las redes sociales?

Algunas de las respuestas a esta pregunta son las siguientes:

Gratificación rápida: en el momento en el que publicamos una foto, un estado…recibimos un like, una carita sonriente o un corazoncito. Los estímulos son positivos, yo escribo e inmediatamente recibo un 'feedback'. Reconocimiento personal: nos ayuda en los momentos de bajón, si estoy triste, me siento solo/a puedo conectarme a las redes e inmediatamente cambia mi estado. Si necesito sentirme querido/a o escuchado/a siempre tengo a alguien al otro lado. Poder: tenemos el poder de construir nuestra identidad de la forma en la que queremos, proyectar lo que deseamos y borrar o eliminar aquello que no nos gusta o no queremos mostrar. Este filtrado en un solo click no es posible en la vida real. Proyectar lo positivo: las redes sociales se utilizan principalmente para proyectar las cosas positivas (vacaciones, cenita de lujo, risas en el cine…) pero se evita publicar las cosas negativas o desgracias, por lo tanto no se llega a percibir la verdadera realidad social. La inmediatez: podemos comunicarnos, recibir información… en el mismo momento y desde cualquier parte del mundo, incluso varias personas a la vez. Ampliar nuestro círculo social: podemos ampliar nuestro círculo, conocer a gente, y es más fácil el contacto entre personas. Sentido de pertenencia: nos permiten encontrar a gente similar, con gustos parecidos y con preferencias compartidas. En definitiva sentir que encajamos socialmente y que somos aceptados/as.Como se observa, es fácil engancharnos a las redes sociales por las cosas positivas que nos producen.

¿Cuándo hablamos de un problema?

Las redes sociales, por medio del filtrado, permiten crear una realidad ficticia manipulada. No todo lo que se ve es real, pues también existe esa otra cara que no se  muestra. Esa otra cara no es tan perceptible ni tan llamativa, pero existe. Nada es tan bonito como parece. No podemos demonizar a las redes sociales, porque cierto es que nos generan beneficios haciendo un buen uso: favorecer la comunicación, ampliar nuestro círculo social... pero lo que no es saludable es depender de ellas para nuestra vida. Los innumerables selfies para seleccionar la mejor cara, las fotos a los mejores platos de comida, la captura en el momento más arriesgado de las vacaciones, las 'stories' durante el día, la noche y las 24 horas... hace que no disfrutemos del momento al cien por cien, y perdamos parte de nuestro tiempo vital creando momentos de una vida idílica. Con el único objetivo de mostrar a los demás algo nuestro, se nos olvida disfrutar, saborear esos momentos únicos y darles el verdadero valor que merecen. Conservar esa intimidad nos hace dueños/as de nuestras vidas. Actualmente la vida es compartida, así se consigue un reconocimiento social (más que personal), un poder y un valor, porque si no, sientes que no encajas. Y además si sale bien la historia y hay suerte, tendrás el poder de influenciar, crear tendencia, un referente, un influencer, pero… ¿qué precio estamos dispuestos/as a pagar por ello? ¿dónde están los límites de la vida real y la vida virtual?De forma resumida, hablaríamos de un problema cuando nos lleve al aislamiento social, notemos ciertas emociones relacionadas con estados ansiosos, cuando afecte a nuestra autoestima y valor personal, cuando perdamos la capacidad de autocontrol y/o cuando esta realidad virtual ponga en peligro mi identidad personal, creando otro tipo de identidad irreal o ficticia, basada principalmente en la necesidad de aprobación social y el autoengaño.

Recursos relacionados

Asesoría Psicológica del CIPAJ y de la Universidad de Zaragoza. CMAPA- Centro Municipal de Atención y Prevención de las Adicciones.  Avda. Pablo Ruiz Picasso, 59, 50018. Zaragoza. Tel: 976 72 49 16  Asociación En Buena Red. Tel: 679 31 84 17- 675 97 68 10Hablamos D...

Si queréis saber más sobre este tema, el miércoles 21 de Noviembre a las 17.00 en el Cipaj Hablamos D… cómo influyen las redes sociales en nuestra imagen, ¿somos lo que proyectamos?

Inscripciones- Ir al suplemento de Heraldo Joven

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión