Cuando la cárcel es tu cuerpo

El peligro de normalizar el dicho "para presumir hay que sufrir", y de ligar la belleza a la estética y la aceptación social.

Cuando la cárcel es tu cuerpo
Cuando la cárcel es tu cuerpo

Si hacemos un recorrido por la historia, nos damos cuenta que no ha cambiado mucho el peso que la imagen corporal tiene en la sociedad. Basta con observar en la televisión, en los anuncios, en las tiendas… cómo nos bombardean con mensajes relacionados con un ideal de belleza, con lo que podemos o no podemos comer, lo que es adecuado vestir, etc.

En la sociedad occidental, este ideal de belleza ha ido evolucionando hacia un modelo estético delgado: en los años cincuenta la mujer con curvas era el ideal; durante los noventa, atléticas con cuerpos delgados y en la actualidad la belleza se refleja en un cuerpo ausente de curvas y extremadamente delgado. Si algo nos queda claro es que el dicho “para presumir hay que sufrir” cobra sentido. Lo tenemos tan asumido que no nos paramos a pensar lo peligroso que es normalizarlo.

Durante la adolescencia, que es el periodo más vulnerable, se producen cambios biológicos y psicológicos importantes. Es en este momento cuando la imagen corporal adquiere importancia y configura la autoestima principalmente en relación al ideal de cuerpo, ir a la moda, los comportamientos socialmente esperados... La belleza se asocia al bajo peso y la delgadez garantiza el éxito y la aceptación social. Por ello, en esta etapa es cuando aparecen de los trastornos alimenticios, como preocupaciones u obsesiones relacionadas con eso tan importante.

Los factores culturales y sociales  tienen mucho que ver en las problemáticas asociadas a trastornos alimenticios. Tienen parte de responsabilidad de este incremento progresivo y a edades cada vez más tempranas. Y otro factor más es la cuestión de género,  ya que afectan más a mujeres que a hombres. Además, también se puede afirmar según investigaciones que la insatisfacción corporal y la distorsión de la imagen son factores de riesgo para estos trastornos.

¿Qué podemos hacer para prevenir?

Lo primero es desarrollar un pensamiento crítico hacia la presión social a la delgadez propuesta por la moda. Los anuncios, la televisión, las revistas… promueven un estilo de cuerpo idílico, que es muy difícil de alcanzar y por ello es tan tentador. A partir de ahí empiezan las preocupaciones por el peso, la insatisfacción corporal, las comparaciones, el deseo de estar más delgadas/os, la dieta restrictiva… un círculo vicioso del que es muy complicado salir. No debemos  olvidar que nos venden algo que no existe, por ello es tan importante desmontar el negocio de la belleza.

Vamos a ello:

1. “Tienes que tener un cuerpo perfecto y delgado, eso te dará éxito y felicidad”. Lo que te muestran es un ideal de belleza irreal, en muchos casos está manipulado por trucos de imágenes, además te muestran la necesidad de alcanzarlo.

2. “Tienes el cuerpo que quieres”, en tu mano está poner remedio, si no lo consigues es culpa tuya. Muchas veces imposible, pero la publicidad nos hace creer que eso es posible, que no es cuestión de biología sino de voluntad. Cuando no ocurre fallamos nosotras/os.

3. Hay medios para conseguir ese cuerpo (cremas, pastillas, alimentos…), el negocio está servido. Nos pasamos la vida buscando ese ideal. Esa búsqueda de ese ideal inalcanzable genera insatisfacción.

Es muy importante favorecer métodos de defensa psicológica:

Un pleno conocimiento de nosotras/os mismas/os, nuestros sentimientos, deseos, pensamientos, aptitudes, etc. Huye de las comparaciones, cada persona es única e irrepetible. Desmontar esos errores de pensamiento (“o peso lo que quiero o estoy gorda/o”, “tengo que cuidar mi aspecto para triunfar”, “si no me gusta mi físico no valgo nada”…). Aceptación incondicional, aceptarnos como somos. Aceptar no significa que te guste como estás,  significa dejar de luchar contra algo que ahora no puedes cambiar. Aunque haya cosas que no nos gusten, somos merecedores/as de afecto.Por otro lado, abandonar esas dietas dañinas, como forma de prevención. En muchas de las alteraciones que se producen, las dietas son las causantes. Importante llevar a cabo una alimentación sana, variada y completa, donde no quepa el ayuno ni la restricción de ciertos alimentos por considerarlos “peligrosos, dañinos…”, así como el ejercicio moderado.

Guía de recursos relacionados

Asesoría Psicológica del CIPAJ y de la Universidad ARBADA. El pasado 12 de Julio en el CIPAJ se impartió una charla en relación a esta temática con la Asociación Aragonesa de familiares con trastornos de la conducta alimentaria (ARBADA). Paseo Sagasta, 51, 5º izda Zaragoza 50006. Tel.976 38 95 75.Hospitales especializados:

Clínico Universitario (hasta 18 años). Dra Velilla. C/ San Juan Bosco. Zaragoza .Tel. 976 556 400. Acceso: médico de cabecera. Royo Villanova. Avda. San Gregorio, 30. 50015 Zaragoza (a partir de 18 años). 976 46 69 10. Acceso: médico de cabecera o cita salud mental. Miguel Servet. Paseo Isabel la Católica, 1-3, 50009. Zaragoza. Tel. 976 76 55 00. Hospital Provincial (para adultos).C/ Ramón y Cajal, 6, 50004. Tel. 976 44 00 22.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión