Comida basura y bebidas energéticas, un riesgo para el desarrollo de tu cerebro

Los altos índices de consumo de este producto entre adolescentes están alarmando a los especialistas debido a los problemas en su desarrollo que pueden generar.

Las hamburguesas, un ejemplo de comida rápida
El consumo de comida basura está cada vez más extendido entre los niños

La popularidad de las bebidas energéticas y la comida basura puede tener riesgos únicos para los adolescentes que consumen demasiado durante las últimas etapas del desarrollo del cerebro. Estos son solo dos de los factores que potencialmente afectan el desarrollo del cerebro de los adolescentes examinados en un nuevo número especial de 'Birth Defects Research: The Teenage Brain', publicado por la Sociedad de Teratología con John Wiley & Sons.

El número de la revista científica publicado este lunes incluye un trabajo de un equipo de 'Northern Kentucky University', en Estados Unidos, dirigido por la autora principal Christine Curran y su coautora Cecile Marczinski. Según la doctora Curran, no solo es alarmante el aumento en el consumo de bebidas energéticas (a menudo mezclado con alcohol) entre los adolescentes, sino que también lo son los estudios en animales que muestran sus efectos sobre el desarrollo del cerebro. "Nuestra revisión indica que no sabemos lo suficiente sobre los efectos del alto consumo de bebidas energéticas y los ingredientes que se encuentran en ellas en este momento crítico en el desarrollo del cerebro de los mamíferos --apunta--. Nuestros hallazgos recientes en ratones adolescentes y adultos jóvenes expuestos a altos niveles de taurina indican que puede haber efectos adversos sobre el aprendizaje y la memoria y un mayor consumo de alcohol en las mujeres".

Otra revisión, incluida en el número especial, examina la comida basura, que se define como "altamente apetecible y gratificante, pero nutricionalmente pobre". Según la autora principal, Amy Reichelt, en la Universidad RMIT, en Melbourne, Australia, la comida basura no solo es mala para las líneas de la figura, sino también perjudicial para el cerebro adolescente. "Debido a que los sistemas neurotransmisores clave en el cerebro responsables de la inhibición y la señalización de recompensa aún se desarrollan durante la adolescencia, vivir principalmente de comida basura podría afectar negativamente a la toma de decisiones, aumentar el comportamiento de búsqueda de recompensa e influir en los malos hábitos alimenticios durante la edad adulta", afirma Reichelt.

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