Baliner y Aneto son los nombres de las nuevas variedades de semilla de cebada y trigo duro respectivamente que Agromonegros ha lanzado al mercado en esta campaña. Se trata del fruto de los planes de mejora que desarrolla esta empresa familiar, ubicada en Leciñena (Zaragoza), que cuenta con casi cuatro décadas de experiencia en el sector.

Baliner es una cebada de dos carreras. Se caracteriza por su genealogía parental de carácter maltero, es decir, está destinada a la producción de malta. «Estamos trabajando en la homologación como semilla maltera, un proceso largo ya que depende de Bruselas», indica Fernando Bagüés, gerente de Agromonegros.

Es una variedad que destaca por su precocidad de maduración y por su elevada productividad a tenor de los resultados obtenidos en los dos años de ensayos llevados a cabo tanto en el Registro de Variedades como en el Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos en España (Genvce). En ambos casos ha obtenido índices de productividad por encima de la media. «De hecho, en el primer año obtuvo el índice más alto en un total de nueve ensayos», incide Bagüés.

La cebada Baliner es una variedad de ciclo alternativo, porte medio-bajo y espiga semierecta y pigmentada. Está recomendada para cualquier ambiente tanto de secano como de regadío y es apta para la siembra desde primeros de noviembre hasta finales de enero.

La otra novedad que ofrece Agromonegros es la variedad de trigo duro Aneto. Se trata de una semilla de porte alto y resistente al encamado, un trigo duro de invierno. «Es una semilla muy segura. Ofrece mayor seguridad en la producción sobre todo en la zona norte, que es toda la zona productiva que no es Andalucía oriental» destaca el gerente de la obtentora. «Es un trigo muy sano por su gran resistencia a enfermedades, especialmente a roya y oídio», añade. De espigado precoz, su espiga es larga y compacta con barbas de color blanco. Es un trigo adaptado para siembras de otoño desde finales de octubre hasta diciembre. También ha obtenido altos resultados de productividad en los ensayos previos a su venta.

Casi dos décadas de mejora

Con estas variedades, obtenidas por Agromonegros, la empresa aragonesa continúa afianzándose como una de las pocas obtentoras españolas, desde que en 2000 iniciara sus propios planes de mejora, que han dado como fruto nuevas variedades de cebada Forcada o la Icaria en 2010, o el trigo Iberus en 2014. El proceso de obtención de una variedad de semilla se prolonga durante diez años desde que comienzan los primeros cruces de variedades hasta que se obtiene el resultado final. «Podemos realizar medio millar de cruzamientos y quizá obtener dos variedades finales, una, o ninguna», detalla Fernando Bagüés.

«La sanidad, la productividad, la calidad del grano y la mayor adaptación a todos los medios posibles son algunos de los principales factores que se buscan a la hora de obtener nuevas variedades de semillas» explica el responsable de Agromonegros.

El porcentaje de semilla certificada es de en torno al 30% del total de la empleada. Una cifra que «es necesario incrementar», afirma Bagüés, quien ve en esta nueva campaña «un momento idóneo para renovar semillas, ya que, las condiciones climáticas del final de la pasada campaña han tenido efectos negativos sobre la calidad de las semillas para guardarlas en la próxima campaña».

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