Heraldo del Campo

Un caviar de premio que crece en aguas del Pirineo

La empresa barbastrense Caviar Pirinea recibirá este año el Trofeo Ferma en reconocimiento a su labor de innovación en el sector agroalimentario.

Arnault Chaperon y Laurent Villaeys-Sakalian, con una trucha pirinea en la piscifactoría de Yesa.
Arnault Chaperon y Laurent Villaeys-Sakalian, con una trucha pirinea en la piscifactoría de Yesa.
HA

Con una producción de más de 100 toneladas de carne de esturión al año, 3.000 kilos de caviar y 2.000 toneladas de trucha grande, la empresa barbastrense Caviar Pirinea se ha convertido en el mayor referente de España en este sector. Unas cifras y una trayectoria que han servido para que sea la depositaria del próximo trofeo Ferma, que concede la feria regional de Barbastro.

Los responsables de esta institución ferial han asegurado que el premio, que se entregará durante la inauguración del certamen, el 24 de agosto, es «un reconocimiento a la labor de innovación en el sector agroalimentario y la apuesta por el territorio de esta firma, especializada en productos de gran calidad con proyección en la alta cocina a nivel nacional».

Desde su creación, hace un lustro, Caviar Pirinea no ha dejado de crecer y a la primigenia piscifactoría de El Grado con la que empezaron la producción, en el 2013, se han unido a lo largo de estos cinco años dos nuevas instalaciones ubicadas en la falda de los Pirineos, la de Oliván y Yesa, donde se crían los peces en «unas condiciones naturales idóneas, ya que el agua del Pirineo, procedente del deshielo de las montañas, es ideal para este proyecto, porque es fría en invierno, lo que garantiza la alta calidad del caviar que producimos, y en verano, su temperatura es más elevada, lo que facilita el engorde adecuado de los esturiones», matiza Laurent Villaeys-Sakalian, director-gerente de Caviar Pirinea.

Razones más que suficientes para que la empresa esté pensando en la ampliación inmediata de sus instalaciones en otros rincones del Pirineo. Por el momento, da trabajo a más de 50 personas con contrato fijo, y numeroso personal temporal que se encarga de otros trabajos, en épocas muy concretas, como puede ser el deshueve de la trucha, la selección de las hembras o la producción de caviar a final de año.

Investigación

Esta producción, unida al aprovechamiento integral del esturión, convirtiéndolo en producto de alimentación, son dos de las señas de identidad de una empresa que lidera interesantes proyectos de I+D, que le han permitido lanzar al mercado la conserva de esturión en aceite, el mousse, el esturión marinado o la sal de caviar. «Antes, los esturiones solo eran utilizados para producir caviar, pero nosotros, nos dimos cuenta de que era una especie que se podía adaptar muy bien a las aguas del Pirineo y a raíz, entre otras cosas, de la prohibición de la pesca del esturión salvaje en el mar Caspio, decidimos apostar por este proyecto. Poco a poco, gracias a nuestra intensa labor en I+D hemos logrado poner en valor y aprovechar esta carne para consumo fresco, ahumado o marinado», recuerda Laurent Villaeys-Sakalian.

Una producción que, año tras año, va en aumento y que en el 80% de los casos va dirigida a la exportación, sobre todo a Francia, Bélgica o Italia, principales receptores de estos productos agroalimentarios. «El resto de la producción se consume dentro del mercado español, donde algunos productos, como la trucha ahumada, cada vez tienen más nombre», concluye su director-gerente, quien se muestra encantado con el premio que les acaban de conceder. «Es el reconocimiento a muchos años de trabajo y viene de la mano de una institución que ha sido muy importante para nosotros, ya que siempre hemos estado muy presentes en la feria».

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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