Juan del Álamo se llevó el mejor lote de una tarde -quinta de abono de la Feria del Pilar- que no pasará a la historia. Ni por los toros, que los hubo bien complicados, ni por los toreros. El salmantino destacó entre estos últimos por copar los trofeos, si bien no llegó a convencer a unos tendidos que presenciaron como lo más manejable de Fuente Ymbro marchaba sin ser toreado. Escribano escuchó dos avisos en faenas de excesiva duración. A Fandiño le tocó lidiar con lo peor.

La primera oreja, Del Álamo se la arrancó a 'Vivero', toro bravo al que no pudo en ningún momento. Lo recibió con dos bellas tandas a la verónica y presenció como Paco María -que repetía como picador- castigaba lo justo y necesario, antes de que Viotti y Robledo demostrasen dotes con los palos. Muleta en mano, el salmantino fue de más a menos. Emocionó esperando la lejana arrancada en los medios y se perdió entre enganchones de derechazo e impaciencia. Debió dejarlo reposar más entre tandas, y alargarlas cuando las encontró templadas. Le faltó dominio. Acabó con molinetes, malonetinas y el de pecho. Mató de estocada pelín desprendida y sonó el aviso a la par que cayó el toro. Oreja.

Al que cerró plaza, 'Maltrecho', de 605 kilogramos en combate, le enjaretó -previo paso entregado por el caballo- las verónicas más reposadas de la tarde. Con la muleta, se mostró más poderoso, si bien las tandas siguieron sin abarcar más de tres pases. La más templada, una de naturales rematada con el pecho. Cuando vio próximo el segundo trofeo, terminó de arrimarse a un toro más dócil que el resto. Se la metió completa y delantera. Paseó una oreja.

Peor lo tuvo Fandiño. Al de Orduna, que no termina de levantar cabeza desde aquel fatídico Domingo de Ramos, le tocó lidiar una auténtica alimañana en su segundo turno. 'Ostrero', bien toreado de capote y al que brindó la despedida de temporada a la cuadrilla, se revolvió una y otra vez en la muleta. Olvidó repetir al vuelo y se lanzó peligrosamente hacia su enemigo hasta desprotegerle. Fandiño se ató los machos y se puso con uno que muchos ni hubiesen mirado. Arrancó varios pases ayudados y clavó media trasera, tras dos pinchazos. Acertó con el descabello. Escuchó un aviso y la ovación final.

Previamente, no le encontró el sitio a su primero. Le enganchó capote y muleta, y toreó vasto y despegado. El toro, que ni mucho menos fue sobrado de fuerza, se aburrió y se echó, para acabar recibiendo estocada muy trasera. No necesitó descabello. 

Lo más destacado de Manuel Escribano, como casi que siempre, fueron los tercios de banderillas. Especialmente emocionó con su especialidad: contra tablas y al quiebro. De muleta, lo mejor lo puso ante 'Patrullero', el que abrió plaza. Está de moda echar las rodillas a la arena, y ahí se puso al molinete. En pie, firmó varios derechazos templados, que no largos. Sí alargó la faena hasta límites insospechados y al toro se le acabó el fuelle entre circulares. Mató de estocada casi entera y dos descabellos. Escuchó un aviso y la tímida ovación que emborronó sacándosela de lleno a su segundo por el costado. 

FICHA DEL FESTEJO:

Seis toros de Fuente Ymbro, muy desiguales de volúmenes, alzada y defensas, y de juego descastado en su conjunto. Aunque alguno resultó manejable, como el sexto, la mayoría sacaron complicaciones por falta de raza o de fuerzas, incluso defendiéndose con genio.

Manuel Escribano: estocada trasera desprendida y dos descabellos (ovación tras aviso); bajonazo enhebrado, pinchazo y estocada trasera (silencio tras aviso).

Iván Fandiño: estocada muy trasera desprendida (silencio); dos pinchazos, media estocada chalequera y descabello (ovación tras aviso).

Juan del Álamo: estocada (oreja tras aviso); estocada delantera y descabello (oreja).

Entre las cuadrillas destacaron Domingo Siro, en la brega del tercero, y Óscar Bernal, por dos magistrales puyazos al sexto.

La plaza registró dos tercios de entrada en el quinto festejo de abono de la feria del Pilar.