'Déja vù' en la corrida de rejones que cerró el Pilar

El espectáculo ofrecido por Pablo Hermoso, Lea Vicens y Pérez Langa recordó lo visto hace un año.

La Misericordia se volvió a llenar ayer, en la corrida de rejones que cerró la feria.
La Misericordia se volvió a llenar ayer, en la corrida de rejones que cerró la feria.
Aránzazu Navarro

Idéntico cartel, misma entrada y similar resultado artístico. La tarde de ayer fue un ‘déjà vu’ para los aficionados al rejoneo que llenaron La Misericordia. Solo la salida a hombros de Pablo Hermoso rompió con lo que fue el cierre de feria en 2016. Lea Vicens volvió a alternar momentos de brillantez con otros de desasosiego y Mario Pérez Langa también transmitió sensaciones muy parecidas a las del día de su alternativa.

Como entonces, el joven bilbilitano fue arropado por un gran número de partidarios de la Comunidad de Calatayud. Y ellos, sus partidarios de Villafeliche, Fuentes de Jiloca o Morata de Jalón, fueron los que le empujaron a saludar una vuelta al ruedo y a cobrar una oreja. Los 25 festejos que llevaba toreados esta temporada no evitaron los nervios propios de una plaza de primera categoría. Lució un mayor dominio del caballo que hace un año, pero debe mejorar la ejecución de las suertes. Principalmente, la de entrar a matar. El lastre de principiantes y maestros. Y si no, que le pregunten al suyo.

El mismísimo Pablo Hermoso fue abroncado ayer por su mal uso de los aceros. Bendito enfado del respetable, pues propició el triunfo más rotundo que se ha visto en el serial pilarista. Desde su versión más entusiasta, el rejoneador navarro formó el lío ante un buen sobrero de Fermín Bohórquez que, por cierto, saltó al ruedo después de que el titular fuese devuelto a corrales en pleno tercio de banderillas. Último error del presidente Antonio Palomo. Al menos, en este 2017.

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