El Rosario de Cristal ilumina el centro de Zaragoza

Tras su suspensión a causa de la lluvia el pasado año, el Rosario de Cristal ha llenado este viernes las calles del Casco Histórico con miles de personas, luces y sentimiento.

Un año más, y ya son 127, las luces de velas y faroles y un silencio respetuoso se conjugaron para crear un ambiente mágico durante la celebración del Rosario de Cristal. La procesión tomó las calles zaragozanas a las 18.30 de este jueves, cuando con toda puntualidad se anunció la salida del primer grupo, el de la Cofradía del Santísimo Rosario de Nuestra Señora del Pilar, que portaba el farol de Santo Domingo de Guzmán, una de las novedades de este año.

"Hemos tenido que arreglarlo y sale por primera vez, ya que no pudimos sacarlo el año pasado porque se suspendió por la lluvia", explicaba momentos antes de que diera comienzo la procesión el presidente del Rosario de Cristal, Jesús Aladrén, quien ya auguraba que este sería un desfile multitudinario debido a las agradables temperaturas registradas en la tarde de hoy y al hecho de que sea puente. "Esperamos que haya mucha más gente que otros años porque ha habido más petición y demanda por parte de los pueblos y también de otras partes de España al caer en viernes y ser festivo. Viene gente de Sevilla, de Burgos... de todas partes", señalaba orgulloso.

Puntual como otros años, desde la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en la plaza de San Pedro Nolasco, se dio paso a las 18.30 al torrente de faroles -cerca de 300- y a las 31 carrozas donde reposaban las esculturas de cristal más grandes de la procesión.

Entre las figuras, además de las que representan los misterios gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos -cinco carrozas por cada misterio- destacaron la enorme representación de la basílica del Pilar, la del Alcázar de Toledo o la dedicada a la Hispanidad en un recorrido que discurrió por las calles Santo Dominguito de Val, San Vicente de Paúl, Coso, Plaza España, Coso, Alfonso I, Plaza del Pilar, D. Jaime I, Plaza de La Seo, Sepulcro, Plaza de San Bruno, Sepulcro, San Vicente de Paúl, San Lorenzo, San Jorge y Pedro Joaquín Soler.

El Rosario de Cristal ilumina la noche zaragozana

Juan Ruiz, secretario de la Junta del Rosario de Cristal, quiso destacar de este desfile, uno de los más populares y esperados de las fiestas del Pilar, que no se trata de un acto folclórico sino devocional. "La gente mayor, aunque está oyendo la megafonía, está musitando al mismo tiempo las avemarías", comentó. Y así lo hacía, en primera línea y acompañada por sus hijos en la plaza del Pilar, Saturnina Benito Andrés, de 82 años, una arandina que presumía orgullosa de llevar más de 60 viviendo en la capital aragonesa y sin haber fallado ni un solo año a esta cita. "Toda mi juventud y ahora la vejez la he pasado aquí. Para mí Zaragoza es ya mi tierra y me gusta mucho esto y la Virgen del Pilar sobre todo", afirmaba con una sonrisa. Junto a ella, dos zaragozanas del Burgo de Ebro, Marta Padilla y su hija Martina, observaban también admiradas el desfile que había arrebatado la atención de la pequeña. "Habíamos venido al Tragachicos, pero el paso del Rosario le ha llamado mucho la atención a mi hija y nos hemos acercado para que lo viera. Le provoca mucha curiosidad", cuenta esta madre.

Como ellas, miles de zaragozanos y visitantes llenaron las calles del Casco Histórico en el transcurso de un recorrido que duró aproximadamente tres horas y que llenó de luz y sentimiento el centro de la capital aragonesa. "Esto es único", "siento la emoción en mi sangre", "es emocionante verlo desde tan lejos. Es precioso", reaccionaban también emocionadas algunas usuarias que lo siguieron en directo a través de las redes sociales de este medio.

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