La juez ordena el ingreso en prisión de la acusada de matar a su pareja en Monzón
Claudia Zambrana declaró que su compañero la estaba maltratando en el momento de los hechos. La mujer se encontró con su hijo mayor antes de ser trasladada a Zuera y le dijo que estaba "serena".
La juez decretó prisión provisional sin fianza para la acusada tras un interrogatorio de varias horas y fue conducida sobre las 18.00 hasta la prisión de Zuera. La mujer permaneció arrestada en los calabozos del nuevo cuartel de la Guardia Civil de Monzón desde la madrugada del jueves, cuando la Benemérita descubrió el cadáver de su compañero sentimental, de origen pakistaní, alertada por los vecinos del inmueble sito en la calle Estudios, en pleno centro de la ciudad.
La presunta homicida fue conducida al Juzgado de Monzón a media mañana de ayer para prestar declaración ante la titular del mismo. Pasado el mediodía, comenzó la declaración de la acusada, que duró varias horas. Antes de ser enviada a prisión, la juez permitió que Claudia Zambrana pudiera encontrarse por primera vez desde que acontecieron los hechos con su hijo mayor. A él le transmitió que se encontraba "tranquila, bien y serena", según relataron ayer un grupo de amigas que hablaron posteriormente con él y que estuvieron en la entrada del juzgado desde el mediodía para expresar el apoyo a la detenida.
Al parecer la relación era tormentosa y eran frecuentes las discusiones, como aseguraron vecinos del inmueble de la calle Estudios número 4, así como amigas de Claudia.
En la madrugada del jueves, tuvo lugar una nueva discusión en el piso, el 2º A, pasada la medianoche. Según relató la acusada ante la juez, su pareja le agredió y ella salió a pedir auxilio al balcón, como apuntaron varios vecinos, que alertaron a la Policía Local. Al parecer, ante las agresiones de su pareja, la mujer cogió un cuchillo de la cocina y le pidió que se alejara de ella, pero el pakistaní se le abalanzó. Fue entonces cuando le clavó el puñal en la pierna, tratando según aseguró la acusada de causarle una herida, nunca su muerte. Sin embargo, el cuchillo le hizo un corte en la pierna que le alcanzó la arteria femoral, lo que le provocó una hemorragia que le causó la muerte prácticamente en el acto. Cuando llegaron los agentes de la Guardia Civil, se encontraron el cuerpo sin vida.
A raíz de esta declaración y tras estudiar el atestado de la Policía Judicial, la juez decretó prisión provisional a la espera del juicio. Según fuentes judiciales consultadas por este periódico, la acusada se enfrenta a penas de cárcel que pueden conllevar entre 10 y 15 años por homicidio, o bien de 1 a 4 años por homicidio imprudente.
Durante las diligencias de ayer, la fiscalía, en función de la ley de enjuiciamiento criminal, solicitó la prisión por la gravedad de los hechos, para asegurar la presencia de la imputada en el juicio y por la alarma social creada por este caso, que ha causado gran conmoción en Monzón. La juez emitió un auto de prisión provisional que se podrá recurrir en forma en el plazo de 3 días o en 5 en el caso de que sea apelación.
La acusada fue defendida por el abogado de oficio José Manuel Laglera, que no alegó nada durante las diligencias. El letrado previsiblemente cederá el caso el lunes al abogado montisonense Javier Vilarrubí. Para costear los gastos de la defensa, las amigas de la detenida, todas de origen latinomamericano, van a realizar una colecta popular con varias acciones todavía por concretar.
La detenida no tiene familiares en la ciudad, salvo su ex marido, con el que viven sus dos hijos. Tiene una hermana en Madrid y un hermano en EE. UU., quienes ya conocen el suceso y prestarán la ayuda necesaria para costear su defensa, según indicaron sus amigas. Estas mismas fuentes apuntaron que la acusada tenía previsto romper la relación con este hombre, sin vínculos en la ciudad del Cinca, como ha quedado patente al no haber acudido nadie a reclamar su cuerpo a la funeraria donde fue conducido tras el levantamiento del cadáver.
Las amigas, visiblemente desoladas y que ayer quisieron transmitir apoyo a esta boliviana, le habían aconsejado en más de una ocasión que rompiera la relación tras escuchar que su pareja le infringía malos tratos físicos. La acusada les había comentado que intuía que se trataba de una relación de conveniencia para conseguir regularizar su situación legal como extranjero residente en España.
Si bien, no había presentado denuncias por malos tratos. Por ello, lamentaban el desenlace, ya que consideran que Claudia "es una mujer que ha sufrido mucho en su vida. Es muy buena persona y una luchadora que todo lo hacía por sus hijos".