El Balonmano Aragón disputa hoy (19.00, Siglo XXI) la segunda de las muchas "finales" que tiene que afrontar en la segunda vuelta liguera, contra el Blas Gon Villa de Aranda, al que precisa vencer para seguir luchando con garantías por la permanencia en la élite nacional. El conjunto zaragozano se encuentra actualmente a tres puntos de la salvación, por lo que una nueva victoria –acompañada de resultados favorables de sus rivales–, acercaría al bloque que gestiona Demetrio Lozano a los puestos de permanencia. "Después de cómo están yendo las cosas tras la victoria en Zamora y con la llegada de Álvaro Ferrer afrontamos este partido con muchas ganas, especialmente ante nuestro público", resaltó ayer el extremo derecho Enrique Camas. Mientras Demetrio puntualizaba: "Las victorias siempre alimentan la ilusión y mejoran el espíritu del equipo, pero no podemos relajarnos".

La segunda vuelta ha arrancado para el BM Aragón con una derrota ante el FC Barcelona, ante el que se le plantó cara, y una esperanzadora victoria en la pista de MMT Seguros Zamora. El rival der esta tarde ha protagonizado dos triunfos –Fraikin Granollers y Abanca Ademar León– en el regreso a la competición doméstica, que le han aupado a la noveda posición. "El principal punto fuerte es su control del juego", destacó Demetrio, de un Villa de Aranda que tiene en el central Camino su principal referencia. "Juega muy bien con el tiempo, es muy tranquilo y sabe manejar perfectamente los ritmos", recalcó Camas. Los arandinos no saben lo que es perder en Zaragoza: 31-31 (2013/2014) y 20-22 (2012/2013).

Para este encuentro se ha lanzado una promoción especial para unir a las aficiones del BM Aragón y del Real Zaragoza, con precios especiales. Y dentro de la campaña de acciones solidarias, se pondrán a la venta boletos para realizar un sorteo de una camiseta firmada por los jugadores del Real Zaragoza y un balón y una bufanda del BM Aragón. Lo conseguido se destinará a la familia de Javier, un niño de Ariza de tan solo 18 meses aquejado de una enfermedad de las calificadas raras, el Síndrome de Pearson, que obligan al pequeño a realizarse transfusiones de sangre casi diarias.