Alfonso Méndiz: “Tanto las series como el cine tienen efectos muy poderosos”

Alfonso Méndiz, profesor de Comunicación Audiovisual y Publicidad en la Universidad de Málaga, participó en el ciclo Educar para el futuro de Ibercaja.

Méndiz, en un rincón del Patio de la Infanta de Zaragoza
Alfonso Méndiz: “Tanto las series como el cine tienen efectos muy poderosos”
Asier Alcorta

La tele, ¿enseña?


La televisión tiene la facilidad de desarrollar en el niño modos nuevos de inteligencia más visuales y, a la vez, puede tener algunas deficiencias en el desarrollo del niño.


Eso le iba a preguntar, si en ocasiones enseña de más...


Sí, en el sentido de que al niño se le procura rodear de un ambiente de inocencia y la tele le arroja a un mundo de violencia y desencanto.


¿Qué puede herir al niño?


La representación demasiado realista de la violencia. Hasta en el último cuento de hadas mueren los malos, y eso no daña al niño. Pero un solo acto de tortura o ver cómo una madre abandona el hogar puede dañar mucho más su inocencia.


‘Sálvame’ ha tenido que adaptarse al horario infantil. Pero el horario infantil ¿no es hoy casi todo? Los datos dicen que vemos la tele más de cuatro horas diarias...


Aunque sube el consumo de internet, no baja el dedicado a la televisión, que puede convertir a los niños en seres un poco pasivos. La lectura desarrolla su imaginación, pero la tele lo da todo hecho.


Usted es profesor de Comunicación Audiovisual, ¿no está tirando piedras contra su propio tejado?


Tiro piedras contra una falta de educación que me parece que se da en el uso y consumo de los medios audiovisuales, pero también de los videojuegos o el móvil.


Participó en Zaragoza el ciclo Educar para el futuro. En el futuro, ¿cómo ve la educación?


Veo una educación apoyada en los nuevos medios, que llevan a unos niños con capacidad más visual y que, por los videojuegos, saben tomar decisiones rápidas. Sin el apoyo suficiente, no serán lectores de lectura profunda. Pero estarán al tanto de cualquier noticia y sabrán localizarla en segundos. Tendrán otros parámetros de inteligencia que ya empiezan a medirse.


Y a usted, ¿qué le impacta de la tele actual?


Yo veo fundamentalmente telediarios, documentales y buenas películas. Me impacta ver reportajes de interés humano y comprobar que la televisión puede meternos en el alma de las personas.


¿Y no ve ni un ‘reality’? ¡Si son un experimento sociológico!


Algunos han derivado hacia los ‘talent shows’, que descubren valores y tienen cosas positivas. Pero creo que la fórmula del ‘reality’ se ha salido de madre demasiado pronto.


Pues alguno de sus alumnos de Comunicación Audiovisual acabará trabajando en uno...


Quizás. Yo les animaré a hacer una televisión que enriquezca, trabajen donde trabajen. Y que piensen que detrás de las pantallas están sus hijos, amigos y los que les quieren.


Escribió sobre ‘Cómo se hicieron las grandes películas’. ¿Qué hace a una película grande?


Que cuente una historia interesante, que la historia sea humana, de tal manera que el espectador se reconozca en ella, y que esté bien contada. Hay muchas películas con bajo presupuesto muy buenas.


Sin embargo, usted trabajó en una productora de Hollywood. ¿Hay algo más grande que eso?


Yo trabajé con Jerry Ziesmer, el ayudante de dirección de Francis Ford Coppola en ‘Apocalypse now’ y otras grandes películas. Pero sus propias películas eran más modestas, de carácter intimista.


Y hoy, ¿las series están ocupando el lugar que tenía el cine?


En gran medida. Tanto el cine como las series tienen en las audiencias efectos muy poderosos. Hay cuestiones que socialmente hubieran tardado en imponerse. Y en las teleseries se está legitimando, por ejemplo, la rebeldía, la autosuficiencia. A veces se caricaturiza a los padres, desvirtuando la realidad. Por ejemplo, en ‘Los Simpson’, ‘Física o química’ o ‘Los Serrano’.


El hiperrealismo no tendría mucha audiencia....


Evidentemente, pero lo que quiero decir es que se están potenciando unos determinados estilos de vida y esos entran mucho más que las explicaciones, los consejos y los ejemplos paternales.