Cuatro detenidos por apalear y tirotear a una familia durante una reyerta en Torrero

Un joven resultó herido grave al ser golpeado con un palo en la cabeza.

Un enfrentamiento entre dos familias del barrio de Torrero se saldó ayer con un herido grave y cuatro personas detenidas. Aunque en la reyerta se llegó a efectuar un disparo con una escopeta dentro de un bar, las lesiones que sufrió el vecino, de 25 años, no fueron consecuencia del uso de un arma de fuego sino de los golpes que los agresores le propinaron con un palo en la cabeza. Además, cuando la víctima trató de huir en un coche, sus atacantes le embistieron con otro vehículo para impedírselo, lo que hizo que volviera a golpearse de nuevo la cabeza. Las lesiones fueron diagnosticadas como graves, ya que hubo que trasladarlo al hospital para aplicarle doce puntos de sutura. A última hora de la tarde estaba pendiente de recibir el alta, según informaron fuentes policiales.


La agresión se produjo al mediodía en la calle de Lasierra Purroy, pero el enfrentamiento se había fraguado poco antes, cuando miembros de las dos familias –que, además, están emparentadas– coincidieron en la gasolinera ubicada en la calle de Fray Julián Garcés. Allí, según relató después un primo de los protagonistas, "tuvieron unas palabras" y uno le dijo a otro: "Luego iré a tu casa", en un tono que después se comprobaría que era una amenaza.


Sobre las 12.20, tres hombres y una mujer –de la familia Gabarre Jiménez– se presentaron en el bar situado en la esquina de Lasierra Purroy con Doctor Ibáñez y uno de ellos efectuó un disparo con una escopeta que iba dirigido a un miembro de la familia Fernández Rodríguez, que estaba allí con su hermano. Las postas quedaron incrustadas en la pared del local salvo, una que alcanzó en la pierna a un viandante que en ese momento cruzaba por delante de la puerta del local y que sufrió una lesión superficial de la que fue atendido en una ambulancia en el mismo lugar de los hechos.


Tras el disparo, se liaron a golpes en la calle hasta que las víctimas lograron escapar en un coche, a pesar de que los agresores trataron de interceptarles embistiéndoles con un turismo. Posteriormente, armados con palos, se dirigieron a la casa de la familia Gabarre Jiménez, a escasos metros del bar, y trataron de acceder a la vivienda por la parte trasera forzando una ventana, aunque no lo consiguieron. Eso, no obstante, no les hizo desistir de su intención de localizar a los dos hermanos y siguieron buscándolos por las calles próximas.

Gran despliegue policial


Pero para entonces, las numerosas llamadas de los vecinos tanto a la Policía Nacional como a la Policía Local consiguieron que se presentaran en la zona varios coches patrulla y que los agresores se dieran a la fuga en dos vehículos. Tras recabar los primeros datos, ambos cuerpos policiales montaron un dispositivo coordinado que dio sus frutos apenas dos horas después con la detención de los tres hombres y la mujer –de edades comprendidas entre los 35 y los 45 años– que presuntamente participaron en la agresión. Además, la Policía se incautó de la escopeta usada en la reyerta, que ahora será examinada por los especialistas de balística para comprobar si ha sido utilizada para la comisión de algún otro hecho delictivo.


Los cuatro arrestados fueron trasladados a las dependencias de la Jefatura Superior de Aragón y fueron imputados por delitos de tentativa de homicidio, lesiones graves, tenencia ilícita de armas y amenazas. Se prevé que sea hoy cuando se les tome declaración en dependencias policiales, por lo que su puesta a disposición del juez podría producirse mañana.


El Grupo de Homicidios y la Policía Científica inspeccionaron el lugar de los hechos para recabar todo tipo de indicios y pruebas que permitan aclarar lo sucedido y determinar el grado de participación de cada arrestado en los mismos. Por el momento, se desconoce las causas concretas que desencadenaron esta disputa, pero se sospecha que puede estar relacionada con el negocio de la chatarra, al que se dedican todos. La Policía se mantiene en alerta por si los hechos pudieran acarrear algún tipo de venganza entre las familias implicadas.