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Se busca sitio para armar el belén

Alejandro Romero lleva más de treinta años exponiendo sus maquetas en Zaragoza. Las obras en el mercado de San Vicente de Paúl le han dejado sin espacio. El año pasado, 30.000 personas visitaron su belén.

Uno de los belenes más populares de Zaragoza está guardado en cajas en unas naves municipales de la carretera de Logroño y es difícil que este año se exponga. Las Navidades pasadas 30.000 personas visitaron el belén móvil de Alejandro Romero, situado en los bajos del mercado de San Vicente de Paúl. Las obras en el mercado le obligaron a desalojarlo y ahora no tiene ningún espacio para exponer sus maquetas.


“Es una pena que se pierda el trabajo de tantos años. Empecé a exponer mi belén en 1978 y nunca he faltado a la cita. A la gente le gustaba mucho y para mí es un orgullo. En las Navidades pasadas, 30.000 personas vinieron a verlo”, cuenta su autor, de 75 años. En abril, le avisaron desde el Ayuntamiento de que tenía que desalojar el mercado, que ahora está siendo reformado.


“Lo embalé todo y se lo llevaron de aquí con cuatro camiones a unas naves en la carretera de Logroño. Me dijeron que podía guardarlo ahí solo seis meses y que antes del 25 de noviembre me lo tenía que llevar. ¿Y luego? ¿Dónde lo llevo? ¿Lo tendré que tirar?”, se pregunta Alejandro, enfermero jubilado, nacido en Sesma (Navarra) y zaragozano de adopción.


Las maquetas siempre fueron su hobby y su pasión. El belén tiene más de 500 figuras hechas con material de reciclaje y noventa motores para darle vida. Todo lo ha hecho él a mano en su tiempo libre, en un local que le dejó la Asociación Española Contra el Cáncer. Calcula que ha invertido 40.000 horas de trabajo. El belén –su autor prefiere llamarle ‘pueblo aragonés’- cuenta con detalladas maquetas de los principales monumentos de Zaragoza, como el Pilar, la Aljafería o la Torre Nueva. La recreación de la basílica del Pilar –que expuso en FITUR en 1992 y que la DGA intentó comprarle- pesa media tonelada, mide más de cuatro metros de largo, por dos de alto y dos de ancho.


Alejandro Romero no quiere obtener ningún beneficio económico (no cobraba a los visitantes), solo permitir a la gente disfrutar de su belén. Reclama algún espacio para poder exponer sus maquetas. Al mercado de San Vicente de Paúl no podrá volver tras las obras, porque la planta baja se va a destinar a otros usos. Inicialmente, lo montó en las instalaciones del centro deportivo Olivar. Después estuvo en los bajos del Mercado Central y en los pabellones del antiguo Psiquiátrico en el Parque Delicias. Y, desde 1996, en San Vicente de Paúl.


“Propongo que alguna entidad, como el Ayuntamiento, la DGA, algún banco o fundación, se haga cargo. Yo lo cedo gratuitamente para una exposición permanente. Un sitio ideal podría ser la Fuente de la Hispanidad, que ahora no se usa para nada, y sería un atractivo turístico más”, apunta el autor. Considera que haría falta un local de unos 300 metros cuadrados, la mitad para montar las maquetas y la otra mitad para el público.


Desde el Ayuntamiento responden que no hay locales disponibles. “No podemos cederle un espacio a un particular, cuando el Ayuntamiento tiene servicios alquilados por falta de locales”, señalan fuentes de Cultura. La cesión de la Fuente de la Hispanidad tampoco es posible, porque el alcalde le ofreció este espacio al pintor Antonio López para instalar su taller si finalmente pinta una cúpula del Pilar.