Los récords climáticos de 2023 dejaron un agujero en Europa de 13.400 millones

Inundaciones en Emilia Romaña, Italia.
Inundaciones en Emilia Romaña, Italia.
E.P.

"El año en el que cayeron todos los récords". Este es el resumen de los doce meses de 2023 y que se ha repetido una y otra vez desde que comenzó 2024. Temperaturas históricas, olas de calor sin precedentes, inundaciones extremas, deshielo nunca registrado. Y una factura: 13.400 millones de euros y más de un centenar de vidas perdidas, pero "sin contabilizar el impacto de las olas de calor todavía", asegura el Servicio de Cambio Climático de Copernicus en su informe Estado del Clima Europeo de 2023 publicado este lunes coincidiendo con el Día Mundial de la Tierra. Aunque hay una buena noticia: "Es el año con mayor producción de energías renovables", aseguran los investigadores.

El registro climático de 2023 en el Viejo Continente se resume en "el año más cálido desde que hay registros" y se traduce en una anomalía de 2,6 grados por encima de la media de la era preindustrial, en numerosos días con estrés por calor extremo, en el mes más caluroso desde siempre -septiembre- o en precipitaciones por encima de la media. Todas ellas han contribuido a amplificar la cifra final de pérdidas provocadas por el clima extremo, aunque son las riadas las grandes culpables con una atribución preliminar del 81%.

Las primeras grandes inundaciones llegaron el pasado mes de mayo a Italia y dejaron bajo el agua cerca de 540 kilómetros cuadrados. Tres meses después, dos tercios de la superficie de Eslovenia estuvo anegada por importantes riadas. Tras el verano, el turno fue para Grecia, Bulgaria y Turquía que en un día acumularon toda la lluvia de un año completo. En total 10.854 millones de euros de pérdidas y 40 fallecidos.

"La crisis climática es el mayor desafío de nuestra generación. El coste de la acción climática puede parecer elevado, pero es mucho mayor el de la inacción. Como muestra este informe, tenemos que aprovechar la ciencia para aportar soluciones por el bien de la sociedad", señala Celeste Saulo, secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El impacto del cambio climático cada vez es más frecuente en el día a día de los europeos y los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus lo corroboran. El estrés térmico mide cómo responde el cuerpo humano al impacto de las altas temperaturas combinadas con factores como la humedad y la velocidad del viento, entre otros. La exposición prolongada al estrés térmico puede agravar algunas enfermedades y aumentar el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor, como el agotamiento por calor o la insolación, especialmente entre las poblaciones vulnerables.

En los últimos 20 años, la mortalidad relacionada con el calor ha aumentado alrededor de un 30% y se calcula que las muertes relacionadas se han incrementado en el 94% de las regiones europeas observadas. Desde los años 70, el calor extremo ha sido una de las principales causas de mortalidad relacionadas con el clima. 

Debido a estos episodios, y los más extremos han ocurrido a partir del año 2000, se calculan entre 55.000 y 72.000 muertes relacionadas con el calor en los veranos de 2003, 2010 y 2022. Solo en estos tres veranos. "Los datos para 2023 aún no se han estimado", apostilla el informe Estado del Clima Europeo.

Venecia ha experimentado este martes, 8 de diciembre, su primer día de ‘acqua alta’, que ha inundado numerosos puntos de la ciudad. Todavía no ha sido activado el MOSE, el sistema de diques que protege la ciudad de sus habituales inundaciones en esta época del año.

A pesar de ello, tan solo 12 países de las 50 partes, así lo establece la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, han adoptado estrategias para proteger la salud de los impactos derivados del cambio climático y tan solo cinco han destacado y remarcado las enfermedades y la mortalidad por fenómenos meteorológicos extremos.

Adiós a los glaciares

En 2023, el número de días de nieve en el Viejo Continente fue inferior a la media, especialmente en Europa central y los Alpes durante el invierno y la primavera. Esto, junto con las altas temperaturas en el verano, ha contribuido a provocar una pérdida neta de hielo de los glaciares en toda Europa. El ejemplo más drástico es el de los Alpes, donde los glaciares han perdido alrededor del 10% del volumen que les quedaba en 2022 y 2023.

"Esto no es una cuestión única de Europa", señala Juan Ignacio López Moreno, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología. La extensión del hielo marino del Ártico se mantuvo por debajo de la media durante la mayor parte de 2023. En su máximo anual de marzo, la extensión mensual fue un 4% inferior a la media, situándose en el quinto lugar más bajo registrado.

"Los datos presentados en el Estado Europeo del Clima son alarmantes", destaca Mauro Facchini, responsable de Observación de la Tierra en la Dirección General de Industria de Defensa y Espacio (DG DEFIS) de la Comisión Europea. "Pero esta investigación es también una herramienta fundamental en nuestros objetivos de transición hacia una energía sostenible", añade.

En 2023, un porcentaje récord de la generación de electricidad en Europa procedió de fuentes renovables, ya que ascendió al 43%, frente al 36% de 2022. Por segundo año consecutivo, la generación de energía a partir de fuentes renovables superó a la de combustibles fósiles contaminantes. "Las temperaturas siguen en aumento, lo que hace que nuestros datos sean cada vez más vitales para prepararnos ante los efectos del cambio climático", sentencia Carlo Buontempo, director del C3S.

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