Un incendio arrasó este jueves dos torres de 14 y 10 plantas de un edificio situado en el cruce de las avenidas General Avilés y Maestro Rodrigo en Valencia. Las llamas se extendieron con rapidez por la fachada y la columna de humo se pudo divisar desde varias poblaciones cercanas. La cifra de víctimas mortales en el incendio se ha elevado a diez tras el hallazgo de otro cadáver, según ha informado este sábado la Policía Científica.

Todavía no hay una hipótesis sobre la causa del incendio y ha recordado que se ha decretado secreto de sumario, mientras que la alcaldesa de València, María José Catalá, ha explicado que en estos momentos son ya 105 las personas realojadas en hoteles.

Por su parte, el periódico 'Las Provincias' informa de que entre los fallecidos hay una familia con dos hijos y un matrimonio de personas mayores. Este extremo todavía no ha sido confirmado por las autoridades. 

El fuego dejó, además, 15 personas heridas, siete bomberos y el resto civiles. Pero cuatro de las seis personas que quedaban ingresadas este viernes han recibido el alta a lo largo de la mañana.

Los equipos lograron rescatar a un hombre y una joven que permanecieron atrapados en un balcón durante cerca de dos horas mientras un bombero se afanaba en enfriar la zona y evitar que el fuego los alcanzara. Algunos residentes de los pisos más bajos salvaron la vida saltando a colchones de emergencia colocados por los bomberos en una tarde-noche de lucha contra las llamas.

El incendio se inició poco antes de las seis de la tarde en una vivienda de la séptima planta del edificio, por causas que se desconocen, y se extendió por toda la fachada en pocos minutos. La principal hipótesis que se barajaba en la noche de este jueves sobre cómo se había extendido a tal velocidad era el poliuretano que reviste el ladrillo y se encontraba tras las planchas de aluminio que adornan la fachada. Algunas de estas placas se desprendieron y cayeron en llamas a la calle, entre el pánico de los testigos y residentes. Este producto, que ya no se usa en las construcciones, habría propiciado el efecto chimenea que quemó el edificio.

Tras recibir el aviso, una decena de dotaciones de bomberos de varios parques, tanto los correspondientes al ayuntamiento como a la Diputación de Valencia, acudieron con urgencia al lugar. También se movilizaron varias ambulancias y patrullas de la Policía Local y Policía Nacional. A lo largo de la tarde, dotaciones de Castellón y Alicante se sumaron a las labores de extinción junto a sus compañeros. También se desplegó parte del tercer batallón (BIEM III) de la Unidad Militar de Emergencias (UME) acuartelado en la localidad valenciana de Bétera.

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El viento, gran enemigo

El Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) de la Comunidad Valenciana señaló en su primer balance que había catorce personas heridas, entre ellos seis bomberos: uno se había fracturado una muñeca y otros dos presentaban quemaduras en las manos y habían inhalado humo. Por este motivo fueron trasladados a centros hospitalarios de la capital del Turia, otros tres adultos y un menor. El resto fue atendido en los dos hospitales de campaña instalados en la zona del incendio, en el barrio de Campanar. Aunque fuentes oficiales recalcaron que era difícil determinar el número de víctimas hasta que no se apaguen las llamas.

Fotos del incendio en un edificio de 14 pisos de Valencia

El viento se convirtió en el gran enemigo de los equipos de emergencia. Con velocidades que llegaban a los 60 kilómetros por hora, impedía que el agua llegara a la fachada. Los bomberos se centraron, en un principio, en salvar los tres pisos que aún no habían ardido en la fachada del edificio recayente a Poeta Rafael Alberti y en acceder a la sexta y séptima planta del edificio. Allí había vecinos atrapados.

Un hombre y una joven gesticulaban en un balcón. Los dos se asomaban, tratando de saltar a la otra vivienda, mientras los bomberos intentan acceder a ellos. Entre gritos de auxilio, la pareja fue finalmente rescatada hacia las ocho de la tarde. Y, entrada la noche, el viento dio una tregua lo que permitió sofocar en parte las llamas exteriores.

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En este edificio de dos torres residían unas 450 personas que habitaban 138 viviendas. Muchos de ellos observaban consternados cómo el fuego avanza sin control. El ir y venir de ambulancias era constante. "Nos han llamado diciendo que la finca ardía pero no sabemos más", decía una vecina pegada al teléfono móvil. Una mujer que vive en la torre situada enfrente, a unos 30 metros, ha visto iniciarse el fuego. "Ha empezado en el sexto piso y el fuego ha ido bajando hasta que se ha cogido la torre de al lado. La gente pedía auxilio en los balcones", describía Maite.

José Carlos es vecino de la finca que ha sucumbido ante las llamas. En declaraciones a Á Punt, la televisión autonómica, relató el infierno en el que se ha visto envuelto: "Hemos bajado varios vecinos corriendo por las escaleras. Yo he cogido solo el teléfono móvil, las llaves y la cartera". Muchas de estas personas necesitaron una primera ayuda psicológica ante el impacto del suceso y, en algunos casos, por la pérdida de sus mascotas. Los vecinos que perdieron sus casas y que no pudieron ser acogidos por amigos o familiares fueron instalados en diferentes hoteles de la ciudad.

EFE