Así puedes saber si te han cotilleado el móvil

Ciertas aplicaciones activan la cámara automática si intentan desbloquearlo.

Quienes echen ‘miraditas rápidas’ al teléfono de otro pensando que saldrán impunes, deben saber que hasta el mínimo movimiento queda registrado
Quienes echen ‘miraditas rápidas’ al teléfono de otro pensando que saldrán impunes, deben saber que hasta el mínimo movimiento queda registrado
H. A.

Un 15% de los españoles admite que vigilaría la actividad digital de su pareja mediante aplicaciones destinadas a tal fin, según un estudio elaborado por la firma Sapio Research. Es más, un 9% reconoce haberlas instalado en el smartphone de su compañero sentimental ante la sospecha de una infidelidad.

Estos comportamientos tóxicos se extienden incluso al ámbito familiar y entre amistades estrechas, quienes a menudo incurren en miradas furtivas a conversaciones de mensajería instantánea o a las notificaciones de aquellos dispositivos que dejamos sin vigilancia.

Así, cuando hablamos de privacidad en materia de smartphones, no solo debemos pensar en los intereses de los ciberdelincuentes: puede que los ‘espías’ se encuentren más cerca de lo que pensamos. Razón de más para salvaguardar nuestra vida digital, lo que fabricantes como Apple o Google procuran a través de las opciones inherentes a sus sistemas operativos (cuando no por medio de los sensores biométricos presentes en la mayoría de terminales: lectores de huella dactilar o cámaras de reconocimiento facial).

Pero, ojo, quienes echen ‘miraditas rápidas’ al teléfono de otro pensando que saldrán impunes, deben saber que hasta el mínimo movimiento queda registrado. Estas son algunas comprobaciones básicas para comprobar si alguien le ha puesto las zarpas encima a nuestro smartphone:

Aplicaciones abiertas. Despejado el mito de que cerrar todas las aplicaciones abiertas en el móvil ahorra batería, lo más común es que éstas se mantengan permanentemente en ejecución. Un solo gesto táctil en iOS o Android permite consultarlas en el orden de apertura, desde la más reciente hasta la que utilizamos hace siglos.

Esto último nos permite detectar fácilmente si alguien ha accedido a nuestro teléfono: ¿por qué aparece WhatsApp en primera posición si lo último que usamos fue Instagram? Pueden ser claros indicativos de un acceso ilícito al contenido del terminal.

¿Sin notificación? Las aplicaciones de chat suelen ser las que más interesan a los cónyuges desconfiados. Por esto mismo suele ser común el toparse con mensajes leídos que no recordamos o que ni siquiera nos han sido notificados. Es lo que ocurre cuando el cotilla abre la app de marras sin nuestro consentimiento: no tiene forma de restaurar la notificación de estos mensajes.

Aplicaciones de correo electrónico. En la mayoría de casos permiten marcar como no leída una misiva abierta, por esto debemos estar especialmente pendientes del resumen de notificaciones o, como decíamos más arriba, del orden de apertura de las aplicaciones en curso.

Historial del navegador. Las páginas web que visitamos (incluidas aquellas subidas de tono) son otro objetivo de los espías digitales, quienes acuden raudos y veloces al historial de nuestro navegador. Aunque es posible borrarlo, no solemos hacerlo, lo que deja expuesta la información. Esto tiene su ventaja, no obstante, si alguien pincha en cualquiera de los enlaces registrados, éstos pasan automáticamente a la primera posición de la lista.

No viene mal entonces repasar nuestro historial para detectar cualquier actividad sospechosa. Por ejemplo, si alguna página de las que hemos visitado durante las últimas horas ha desaparecido misteriosamente de la enumeración (ya que los navegadores también dan la opción de borrarlas).

Tiempo de uso. En su empeño porque hagamos una utilización saludable de la tecnología, tanto Apple como Google ofrecen estadísticas de uso en los menús de configuración de iOS y Android. Incluso nos informan de cambios en el tiempo medio de uso que hemos dado al teléfono durante la última semana. Y estas herramientas nos pueden ayudar a ‘cazar’ a los cotillas. Toca sospechar de cualquier variación excesiva a este respecto. También podemos consultar el gráfico de carga de la batería o el porcentaje de consumo de las aplic aciones: ¿se muestra un pico de actividad a horas en que no hemos usado el móvil? ¿Ha gastado más batería una app que llevamos tiempo sin usar?

La prueba definitiva: apps ‘trampa'

Como decimos, muchas de las señales descritas pueden deshacerse si el cotilla sabe cómo (aunque la realidad es que la mayoría de veces apenas tiene tiempo, ya que aprovecha descuidos de pocos minutos para llevar a cabo su labor). Por esto mismo, si queremos tener la certeza absoluta de que alguien ha intentado desbloquear nuestro teléfono, nada mejor que las aplicaciones diseñadas expresamente para ello. Estas son algunas de las mejor valoradas:

Selfie al intruso. Toma una foto cuando alguien intenta desbloquear el smartphone (con o sin éxito, a nuestra elección). También la envía automáticamente a una carpeta de Google Drive para que podamos consultarla en todo momento y desde cualquier dispositivo, lo que resulta muy útil en caso de robo. 

Tercer ojo. Elabora un registro con las horas en que se ha desbloqueado el móvil y permite configurar tras cuantos intentos fallidos se toma una foto a quien se encuentre tras la pantalla.

Lockwatch. Con ‘Lockwatch’, la foto del espía se enviará automáticamente al correo electrónico que indiquemos previamente. También la ubicación GPS del terminal, por si lo hemos perdido o nos lo han sustraído.

WTMP. Disponible también para iOS, cuenta con una función adicional a las descritas: podemos configurarla para que suene una alarma en el móvil si alguien lo levanta de la superficie en que se encuentre (por ejemplo, si lo tenemos boca abajo sobre la mesa y alguien intenta darle la vuelta).

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