mobile world congress 2023
Hay dos Mobiles
En Barcelona hay dos ferias. La de un futuro que es presente y la de otro que probablemente nunca lo será.
Hay dos Mobiles. El de las cosas que están a la venta, el de la tecnología que funciona, el de las cámaras de 200 Mpx y los móviles plegables. Y el de los prototipos, con pantallas enrollables que a penas te dejan tocar o las gafas de realidad aumentada sin precio ni fecha de puesta a la venta.
Los dos son importantes. Uno porque muestra un futuro que ya es presente. que enseña tecnología tangible que, por más o menos dinero, es accesible a todo el mundo. ‘Gadgets’ que poco a poco se irán extendiendo y democratizando y que marcarán la tendencia para las próximas décadas.
Pero también hay otros dispositivos que aunque, probablemente, nunca llegarán al gran público, son igual de importantes. Son los que rompen barreras y tabúes. Los que se permiten soñar con lo imposible. Con pantallas transparentes, robots humanoides que todavía no se mueven y taxis voladores que solo vuelan en los vídeos de promoción.
Algunas marcas se circunscriben a la realidad. Tratan de construir el mejor móvil posible dentro de las posibilidades de la industria actual. Otras solo viven de sueños. De prometer lo imposible o de diseñar lo improbable. Además, hay un tercer tipo de fabricantes que juegan en las dos ligas. Con un pie en cada campo, dedican tiempo y esfuerzo en crear los dispositivos que llenan los bolsillos del presente. Pero mientras tanto también se permiten soñar como serán (o no) los del futuro.
En el Mobile World Congress 2023 hemos podido ver los grandes super terminales de gigantes como Samsung, Honor o Xiaomi. Terminales con cámaras impensables hace tan solo una década, pantallas que eran solo prototipos hace solo un par de años y potencia reservada a super ordenadores o videoconosolas antes de ayer. Dispositivos que hoy son una realidad, ayer eran un sueño.
La tecnología más práctica también se abre camino. La que simplemente democratiza dispositivos que antaño solo estaban al alcance de unos pocos y que ahora está disponible por un puñado de euros.
También existen otras tecnologías que llaman a la puerta del futuro con timidez. Porque otras antes que ellas fracasaron. Gafas capaces proyectar pantallas de cine frente al usuario o subtitular lo que otra persona está diciendo en tiempo real en realidad aumentada. ‘Gadgets’ que parecen sacados de una película de ciencia ficción y que, tal vez, nunca lleguen a materializarse de forma efectiva, pero que pueden servir de inspiración o base para la tecnología que está por venir y que por el momento ni siquiera nos atrevemos a soñar.
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