El español con más récords Guinness tiene un centenar y avisa: "No voy a parar"

Un toledano de 34 años y diabético acaba de llegar al centenar de registros mundiales, entre ellos el de subir escaleras, correr hacia atrás y salto de saco.

Christian López corriendo hacia atrás
Christian López corriendo hacia atrás
C. L. (Youtube)

Christian López (Cabañas de la Sagra, Toledo, 34 años) guarda como oro en paño en su habitación un ejemplar de la edición de 2021 del Libro Guinness de los Récords, donde comparte página, y él en grande, con Rafa Nadal y Ricki Rubio. "Imagínate el orgullo de poder figurar con ellos. Les admiro muchísimo", dice este manchego que ha consagrado su vida a desafiarse a sí mismo con exigentes récords físicos.

Christian no ha ganado ningún Roland Garros ni ha jugado un Mundial de básket batiendo el número de asistencias, pero es el español que más veces aparece en la publicación que recoge las proezas más espectaculares del mundo. Solo el año pasado le reconocieron 21, lo que le da derecho a protagonizar las páginas españolas del Libro Guinness 2023 (Planeta), que acaba de salir a la venta. Su primer registro fue en 2017, cuando se convirtió en el ser humano en subir el mayor número de escalones en una hora (6.765 peldaños), y desde entonces no ha dejado de acumular récords. De hecho acaba de alcanzar el número cien y con un hándicap añadido: es diabético. Y se ha juramentado para seguir haciendo historia en 2023. "No voy a parar", afirma rotundo.

El último de ese centenar de títulos conquistados lo pulverizó hace menos de un mes al subir en una semana el equivalente a 100 kilómetros de escaleras, "más de once veces el Everest", destaca. "Me tiré 16 horas al día subiendo y bajando escaleras con pequeños descansos, y el séptimo día, como el récord se me escapaba, me tuve que emplear a fondo metiendo 21 horas sin parar".

Poco antes había fulminado otro registro al subir 17 veces en una hora los escalones de la Torre del Agua de Albacete, el depósito más elevado de España, hasta completar una altura de 1.457 metros. El récord anterior en esa disciplina lo tenía un japonés, especialista mundial en carreras verticales. "La Torre del Agua equivale a 25 pisos y cuando llegaba al último escalón, bajaba en ascensor hasta el primero mientras el crono seguía corriendo. Perdía tiempo, pero me proporcionaba un pequeño respiro para rehidratarme y tomar fuerzas para la siguiente subida. Además como soy diabético desde los 12 años tenía geles de glucosa por todos lados, el ascensor parecía un hospital de campaña, jajaja", recuerda este joven que

En todos sus desafíos mezcla el esfuerzo físico con un asombroso abanico de habilidades. Aquí van algunos: ha subido 64 plantas haciendo malabres con tres objetos a la vez; ha sujetado una bici en equilibrio sobre la barbilla durante 9 minutos y 41 segundos; es el que más tiempo ha estado controlando una pelota de béisbol con un bate (una hora y 22 minutos); ha corrido los 100 metros con zuecos más rápidos (en 13 segundos); es el que más escalones ha subido con dos muletas en una hora (2.144); posee el récord de los 200 metros en carreras de sacos; el de correr hacia atrás ('retrorunning') haciendo malabares en las distancias de 400, 200 y 100 metros y ha pasado 59 minutos botando una pelota de tenis de mesa sobre el filo de la pala.

-¿En cuál te divertiste más?

-En uno de la pasada Nochevieja. Le propuse a mi novia, Azucena, despedir el año con algo divertido. El reto era que yo tenía que hacer malabares con tres objetos y ella me iba lanzando las uvas a tres metros de distancia y yo las tenía que atrapar con la boca. Atrapé 29 en un minuto.

Profesor y conferenciante, este hombre de los récords vive con sus padres en Cabañas de la Sagra, un pueblo de dos mil vecinos. Es doctor en Ciencias del Deporte por la Universidad de Castilla-La Mancha y da clases online en la Universidad Isabel I de Burgos, donde tutoriza trabajos de fin de grado e imparte la asignatura de Actividad Física y Discapacidad Psíquica, área en la que está especializado. Además es entrenador personal y ofrece charlas de motivación.

"Me gusta transmitir que a veces no se logran las cosas, pero lo importante es el proceso más que el resultado final. Hay que ver lo ganado en ese proceso y no lo que se ha perdido. El fracaso es cuando no lo intentas", esgrime. Él, desde luego, no es de los que tira la toalla. "Nunca me rindo, me gusta convertir cualquier adversidad en un desafío". Christian se costea de su bolsillo su entusiasmo por superar un reto tras otro. "Ojalá me saliera algún esponsor que me permita hacer cosas más grandes".

Tiene pendiente que el Guinness le certifique el récord de mantener en equilibrio el mayor tiempo posible un objeto sobre su frente. El anterior rondaba la hora y media, y él estuvo dos horas y 42 minutos sujetando un palo de escoba relleno de arena que pesaba más de un kilo, "¡tela marinera!".

En Cabañas de la Sagra ya no se ríen cuando se cruzan con su paisano galopando hacia atrás por el pueblo. Le dan la enhorabuena. Su reto para 2023 es batir el récord de 'retrorunning'. Mientras tanto Christian ha encontrado un aliado en su idolatrado Rafa Nadal. "No tengo la suerte de conocerle, pero comparto con él los valores de superación y, lo más importante, comparto una página del Libro Guinness". Y eso, sin ser un récord, sí que es insuperable.

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