Una familia finlandesa abandona Italia por sus escuelas y se muda a España

"La escuela italiana tiene docentes y directivos de absoluto valor que, con sueldos modestos, desempeñan un excelente trabajo", defendió el ministro italiano de Educación y Mérito.

La familia se había instalado en la ciudad italiana de Siracusa
La familia se había instalado en la ciudad italiana de Siracusa
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Una familia finlandesa ha anunciado en una carta abierta su decisión de abandonar la ciudad italiana de Siracusa (sur) y mudarse a España debido a su "pobre" sistema de escuelas, mientras desde el Gobierno pidieron "no generalizar".

"La escuela italiana tiene docentes y directivos de absoluto valor que, con sueldos modestos, desempeñan un excelente trabajo", defendió este martes el ministro de Educación y Mérito, Giuseppe Valditara, en un comunicado oficial en el que comentó este caso.

Y agregó: "No generalicemos juicios improvisados, trabajemos juntos para mejorar cada vez más nuestro sistema escolar, empezando por valorar el rol de los docentes".

La polémica surgió de una carta abierta enviada a los medios por una madre finlandesa, Elin Mattsson, que el pasado agosto se había mudado con su marido y sus cuatro hijos a la ciudad siciliana atraídos por la cultura y el clima.

"Somos una familia finlandesa que se mudó a Siracusa solo porque podíamos (trabajos digitales) y queríamos experimentar vuestro clima y vuestra fantástica cultura pero lamentablemente nuestra estancia no ha ido como preveíamos", empieza la carta.

Y sigue: "Ya habíamos vivido en España y en Reino Unido y pensamos (¿ingenuamente?) que el sistema escolar sería similar en todo el Mediterráneo pero nos equivocábamos. Nuestros dos hijos, de 6 y 14 años, fueron a la escuela de Siracusa y nos bastaron dos meses para darnos cuenta de que no valía la pena".

En la misiva, la matriarca compara su experiencia en Filandia y en Italia, donde lamenta la supuesta "pobreza" de sus escuelas, la pedagogía seguida por los profesores y la falta de disciplina de los alumnos, entre otros numerosos reproches.

"En España los niños más grandes estaban en las encrucijadas de las calles con luces de neón para detener el tráfico por la mañana y la tarde cuando pasaban los más pequeños. En Finlandia enseñas a tus hijos a comportarse entre el tráfico para que puedan ir solos (a clase). Adiós Siracusa y hola España", termina la carta.

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