Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Teatro de las Esquinas

"En Diario Vivo creemos en el poder de las historias, por eso no desvelamos quiénes las cuentan"

Una noche única en la que periodistas, investigadores y otros narradores se suben al escenario para contar, por primera vez, historias íntimas, verdaderas y universales. Esta vez, sobre medio ambiente.

Vanessa Rousselot, redactora jefa del Diario Vivo en Zaragoza sobre medio ambiente, (en el centro) y Sara Acosta, directora de 'Ballena Blanca' (a la derecha), conversaron con Pilar Perla en Etopia
Vanessa Rousselot, redactora jefa del Diario Vivo en Zaragoza sobre medio ambiente (en el centro), y Sara Acosta, directora de 'Ballena Blanca' (a la derecha), conversaron con Pilar Perla en Etopia
Francisco Jiménez

Quienes acudan el jueves 26 de mayo al Teatro de las Esquinas de Zaragoza no sabrán quiénes serán las personas que subirán al escenario. Siempre es así en Diario Vivo, un formato en el que, hasta el momento del espectáculo, el público desconoce quiénes participan y qué van a contar. Está asegurado que todas ellas narrarán una historia personal e impactante, en esta ocasión con el medio ambiente como protagonista. La revista digital ‘Ballena Blanca’ y Diario Vivo’ se han unido para crear el primer espectáculo de teatro sobre 'Historias de medio ambiente contadas en primera persona'. Historias emocionantes que los narradores –periodistas, investigadores, naturalistas, fotógrafos...– han vivido en carne propia y que reúnen en un evento que nunca volverá a repetirse tal cual.

¿Qué hace único un formato que conmueve a las audiencias y llena teatros? ¿Por qué este espectáculo que no se graba ni se fotografía, sino que recalca un aquí y ahora que se vive con intensidad, proclama que ‘el periodismo está vivo’?

“Diario Vivo es un diario, un medio, pero vivo: en vez de leerlo, se vive”, aseguraba hace unos días Vanessa Rousselot, redactora jefa del Diario Vivo en Zaragoza sobre medio ambiente. El pasado 28 de abril, participó en Etopia Centro de Arte y Tecnología junto a Sara Acosta, directora de la revista medioambiental 'Ballena Blanca', en un encuentro en el que se desvelaron algunas de las claves de 'Un Diario Vivo, por dentro'.

Rousselot abre ese diario en el que “el espectador se sienta en un teatro, no sabe lo que va a ver, solo sabe que va a escuchar historias y que, si lo hemos hecho bien, va a salir impactado, va a reír, va a llorar, va a pensar, a descubrir mundos”. Funciona como un diario “en el sentido de que las personas que participan son principalmente periodistas, pero también fotógrafos, artistas, investigadores, gente que, de una manera o de otra, se dedican a contar el mundo y a entender el mundo”. Y esas personas “nos cuentan en primera persona algo que han vivido, una vivencia, un recuerdo, algo que les marcó y que nunca han contado antes”. La idea es dejar un huella en el público. Y lo consiguen.

No se graba, se recuerda

Este formato de periodismo en el escenario nació en 2009 en Estados Unidos y es similar al ‘Pop-Up Magazine‘ estadounidense o al ‘Live Magazine’ francés. Bajo el lema 'no se graba, se recuerda', su éxito se ha ido extendiendo a otros países. A España llegó en 2017 de la mano de François Musseau, fundador y redactor jefe de Diario Vivo.

Hasta la fecha han hecho 16 espectáculos, con más de 120 historias, 120 narradores, entre los que se cuentan “Iñaki Gabilondo, Julio Llamazares, Sergio del Molino, Gonzo, Rosa Montero... y también periodistas de 25 años que nadie conoce y que al final del espectáculo han impactado en el público tanto como Gabilondo”.

Porque esa es una de las claves: “No venimos a escuchar personas sino historias, por eso no anunciamos quién interviene; nos gusta esa idea de poner a todo el mundo en el mismo nivel, son ocho o nueve historias en cada espectáculo, con perfiles muy diferentes. Creemos en el poder de las historias y por eso no desvelamos las personas que las cuentan”, destaca Rousselot.

El formato regresa en el fondo a una de las más antiguas necesidades de la humanidad: contar y escuchar historias personales y verdaderas, algo tan básico, tan desnudo, que consigue, curiosamente, resultar hoy profundamente innovador. Más aún con su carácter efímero, en este tiempo de compartir en redes, de grabar y autorretratarse. Rousselot halla varias respuestas a este enigma. Para empezar, “tenemos una saturación de imágenes, de información y parece que todo lo podemos volver a ver, lo podemos volver a escuchar -“luego te lo mando”, decimos-; todo está a mano y eso mismo hace que no hagamos mucho caso precisamente por eso, porque está a mano. Al final todos tenemos muchas cosas en las que nos queremos detener pero no nos da la vida”. La propuesta de Diario Vivo rompe esa dinámica porque supone “sentarse a escuchar algo que tú sabes que nunca lo vas a volver a escuchar. Y esto cambia la forma de escuchar”.

Para ella, ser efímero es también “una manera de recuperar una especie de confianza en el periodismo, que sabemos que ha sufrido mucho”. Cambiando por una vez de ubicación, se le pide al periodista “que hable desde el yo, que asuma esa subjetividad, y la mayoría de quienes participan no lo harían si quedara grabado, lo hacen porque es un momento de escucha colectiva que crea una atmósfera muy especial en la sala”. Aunque sea ante un teatro lleno, “que tampoco es que sea una conversación entre dos amigos, sí hay algo íntimo en un Diario Vivo, estamos a medio camino entre lo único y lo universal, el yo, pero no para hablar de mí, sino para entender el mundo”.

Nada tiene que ver con una charla tipo TED, “la gente no viene a explicar un proyecto o a convencer por una causa, no viene a ponerse en valor especialmente; la gente viene a contar una buena historia, y se expone”. Si fuese grabado, está convencida de que las personas que se suben al escenario a contar algo no lo contarían igual, “estaría mucho más edulcorado”. Y Diario Vivo es “un producto muy trabajado y artesanal, pero bruto también”.

Para lograr llegar a la esencia, para que realmente los narradores se entreguen y cuenten las cosas como son, el comité editorial de Diario Vivo trabaja muy a fondo durante meses, “cosiendo a medida un espectáculo donde cada historia es un trabajo particular, porque Diario Vivo es alta costura”.

Tender puentes

Sara Acosta, directora de 'Ballena Blanca', ha vivido la experiencia, que fue, para ella, un ejercicio de absoluta deconstrucción. Porque, explica, “el periodista está protegido porque cuenta en tercera persona, eres el narrador, pero, de repente, el observado eres tú, tienes que cambiar tu lenguaje, ser atractivo, ir guiando...”. Hay mucho trabajo para afrontar el reto de “ponerte a contar desde otro lado, para otro propósito, y no somos actores profesionales en un espectáculo de ficción, todo es real, lo has vivido”. Recuerda con intensidad “el momento de subirte al escenario: se hace ese silencio, aterrador por un lado, pero en el que se nota la escucha”. De este modo descubrió “una manera potentísima de tender puentes, de hacer que una historia no sea solo tuya, más aún cuando tiene que ver con el mundo al ser una historia propia y medioambiental”.

Después de “ver cómo la gente lloraba con la historia de un río, te das cuenta de que se abre una vía diferente” que interesó de inmediato a un medio como 'Ballena Blanca', que nació en 2014 “con el propósito de sorprender”.

Acosta reconoce como uno de los principales obstáculos a la hora de comunicar el medio ambiente “su carácter técnico, que lo hace difícil de entender y parece ajeno, que no tiene que ver con nosotros”. En su opinión, en la comunicación sobre el cambio global, “faltan mensajes esperanzadores, un discurso más inspirador, de posibilidad, de las muchas cosas que uno puede hacer para que vivamos mejor, en vez de un mensaje de que se nos cae el mundo encima”. Llevarlo al escenario es un nuevo camino.

Junto a 'Ballena Blanca', los buscadores de historias de Diario Vivo han cosechado las relacionadas con el medio ambiente para el espectáculo que se ofrece el jueves 26 de mayo en el Teatro de las Esquinas a las 19.30 y que cuenta con el apoyo de Signus, FSC y la Dirección General de Cambio Climático del Gobierno de Aragón, así como con la colaboración de Divulgación Innovadora D+i, Etopia-Ayuntamiento de Zaragoza y Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento.

No es sencillo el rastreo, porque , señala Rousselot, “no queremos temas, queremos historias, se conecta con los temas desde lo particular, de ahí la justificación del yo, se sabe quién habla y desde dónde habla, por qué te lo cuenta”.

Sara Acosta subraya que “se transmite mucha verdad cuando uno habla desde sí mismo. No hay trampa ni cartón: se percibe muy rápido que es muy verdadero porque te estás arriesgando”. Y es que, en el fondo, Diario Vivo es “un ejercicio de funambulismo”, en palabras de Vanessa Rousselot. “La persona que sube al escenario está frágil, totalmente fuera de su zona de confort, ha trabajado mucho, pero se lanza y va a hacer algo por primera vez, es una especie de salto al vacío muy preparado”.

Y, después de saltar, se hace viral 'a la antigua', no porque esté en redes y se comparta, sino porque la gente que lo ve lo cuenta a otras personas.

-Ir al suplemento Tercer Milenio

Apúntate y recibe cada semana en tu correo la newsletter de Tercer Milenio

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión