Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Prevención 

Aulas más seguras ante la covid: cómo ajustar la ventilación, en seis pasos

Expertos en fluidodinámica explican cómo y por qué hay que abrir las ventanas para que las aulas sean más seguras también cuando llegue el frío.

Para prevención de la covid-19, se recomienda comprobar con un medidor de CO2 que no se superan las 700 ppm en el aula
Para prevención de la covid-19, se recomienda comprobar con un medidor de CO₂ que no se superan las 700 ppm en el aula
Francisco Jiménez

Las condiciones ideales para la transmisión aérea del coronavirus son un interior cerrado, donde hay muchas personas, durante mucho rato, hablando, gritando, cantando… Los estudios sobre ventilación concluyen que a las mascarillas bien ajustadas a la cara (sin huecos), la distancia y la reducción de aforos hay que unir la renovación constante del aire mediante la ventilación. Estas son las recomendaciones para tener aulas más seguras:

  1. Ventilación cruzada distribuida. Abrir ventanas o puertas de paredes opuestas y, en lugar de abrir mucho una ventana, repartir la misma abertura entre el mayor número de puntos: es mucho mejor abrir 10 cm en 8 ventanas que 80 cm en una.
  2. Mantener la ventilación de forma continua, no solo entre clases. Si es necesario, se puede reducir ventilación puntualmente, pero periodos lo más cortos posible (15 minutos de ventanas cerradas es suficiente para que se dispare el CO2).
  3. No olvidar los pasillos. Es importante que el pasillo esté bien ventilado, pues también se debe asegurar un ambiente limpio en pasillos y vestíbulos.
  4. Abrir, cuanto más mejor. La abertura mínima necesaria depende de las condiciones. Días sin viento y temperaturas de entre 20 y 25°C son los que exigirán aberturas más amplias en las ventanas del aula.
  5. Medir. Imprescindible utilizar un analizador de CO₂ para ajustar la apertura. Asegurarse de que después de media hora no supera 700 ppm. En caso contrario, abrir más. Hacer de medir CO₂ en todo el colegio un proyecto para los estudiantes.
  6. Volver a comprobar si cambian las condiciones. Verificar los niveles de CO₂ periódicamente, sobre todo si llegan más personas, cambia el viento, etc.

¿Por qué necesitamos ventilar?

"Las partículas inhaladas (es decir, los aerosoles) se consideran el principal causante de la propagación del virus", así lo reconocen ya claramente en su página web los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses. Cuando una persona infectada respira o habla, el virus sale por su boca, dentro de minúsculas gotitas que flotan en el aire. Hay una analogía muy útil para entender cómo se comportan: los aerosoles exhalados se dispersan como el humo de los fumadores, que también está compuesto por aerosoles y, como sabemos, no cae al suelo rápidamente, sino que puede permanecer mucho tiempo en el ambiente y moverse por toda una habitación. Además, si en un recinto cerrado hay muchos fumadores o están mucho tiempo, seguro que terminaremos sumergidos en una nube de humo. Por eso es fácil entender qué debemos hacer para evitar la exposición a aerosoles contagiosos: lo mismo que haríamos para evitar el humo. Es decir, alejarnos del fumador y, si estamos en interiores, ventilar abundantemente (y si no es posible, depurar el aire). Esto, junto con el uso de mascarillas, son las medidas imprescindibles para reducir contagios en interiores.

En un aula se pueden dar las condiciones ideales para la transmisión aérea del coronavirus: un interior, donde hay mucha gente, durante mucho rato, hablando

¿Qué es ventilar para prevenir la covid-19 en un aula?

En un aula se pueden dar las condiciones ideales para la transmisión aérea del coronavirus porque es un ambiente que se puede denominar InGRatoH, es decir: Interior, donde hay mucha Gente, durante mucho Rato, Hablando, gritando, cantando…

La transmisión por aire se combate disminuyendo el tiempo de permanencia y/o la concentración de aerosoles potencialmente infecciosos. Si no se puede reducir el tiempo de exposición, debe renovarse el aire interior con aire limpio. Según la guía de la Escuela para la Salud Pública de Harvard, la tasa recomendada es de al menos cinco renovaciones de aire por hora (ACH, ‘air changes per hour’).

La mejor opción es tener aberturas distribuidas en dos paredes enfrentadas. Y, muy importante: mantener ventilación continua

La ventilación con aire exterior se consigue abriendo puertas y ventanas. Es necesario que las aberturas tengan suficiente tamaño y que estén localizadas de manera que el flujo de aire barra bien la habitación, sin zonas muertas. La mejor opción es tener aberturas distribuidas en dos paredes enfrentadas. Y, muy importante: mantener ventilación continua, no solamente en instantes concretos (como los cambios de clase). En 15 minutos con ventanas cerradas ya pueden acumularse concentraciones de aerosoles superiores a las admisibles.

Viene el frío, ¿hace falta tener abiertas las ventanas de par en par?

Hasta ahora se han venido manteniendo ventanas abiertas, pero nos acercamos al momento crítico en el que el frío puede llevar a cerrarlas, cuando es imprescindible tenerlas continuamente abiertas. Lo deseable sería no abrir de par en par, sino solo ‘lo suficiente’ para asegurar un ambiente más seguro que prevenga la transmisión del coronavirus en aulas, residencias, oficinas...

Es necesario ventilar de forma continuada, manteniendo puertas abiertas y ventanas con apertura suficiente

Los resultados preliminares del estudio llevado a cabo desde el Liftec permiten afirmar que se puede conseguir buena ventilación (ACH 5) con aberturas relativamente pequeñas, que podrían mantenerse incluso en los meses fríos. Eso sí, es necesario ventilar de forma continuada, manteniendo puertas abiertas y ventanas con apertura suficiente.

¿Y cómo puedo medir si ventilo lo suficiente?

Existe un método para determinar cuándo es suficiente la ventilación: analizar la concentración de CO₂ en el ambiente, que puede realizarse con analizadores de tipo NDIR (a partir de 150 euros).

Las personas emiten CO₂ al respirar, de manera que la cantidad acumulada de este gas indica el nivel de ventilación en un recinto

Las personas emiten CO₂ al respirar, de manera que la cantidad acumulada de este gas indica el nivel de ventilación en un recinto. La concentración de CO₂ en el exterior es de 416 ppm (partes por millón). La guía de Harvard o la que acaba de publicar el CSIC recomiendan, para prevención de covid-19, no superar 700 ppm en una habitación, que corresponde aproximadamente a esas cinco renovaciones del aire por hora. Estudios recientes demuestran que, en aulas no ventiladas, el nivel puede superar las 2.000 o incluso las 4.000 ppm.

La segunda conclusión del estudio es que es imprescindible contar con un analizador de CO₂, para asegurar en cada caso una ventilación suficiente y, al mismo tiempo, aceptable para el confort del aula.

Para evitar la concentración de aerosoles en un interior, la primera opción es renovar con aire exterior; la segunda, filtrar el aire

¿Se puede limpiar el aire de una habitación sin abrir ventanas?

Para evitar la concentración de aerosoles potencialmente infecciosos en un interior, la primera opción es renovar con aire exterior, abriendo las ventanas o mediante circuitos de ventilación forzada que tomen el aire del exterior. La segunda opción consiste en filtrar el aire, haciendo que pase por filtros adecuados, bien instalados en sistemas de ventilación mecánica con recirculación o bien en purificadores portátiles con filtros de alta eficiencia (normalmente, HEPA). Deben proporcionar un caudal de aire limpio suficiente para, al menos, cinco renovaciones por hora. La capacidad de los purificadores se mide con su CADR (Clean Air Delivery Rate=caudal de aire limpio). Por ejemplo, un aula de 40 m² y 2,5 m de altura tiene un volumen de 100 m³, lo que requiere un purificador con CADR de al menos 500 m³/h.

El obstáculo de esta alternativa a la ventilación, cuando esta no es posible, es su precio: entre 400 y 600 euros por aula. Una alternativa de menor coste son los purificadores artesanales, que se construyen ensamblando un ventilador y un filtro de alta eficiencia (F7 o superior). El Liftec tiene en marcha un amplio trabajo sobre estos dispositivos. Se ha fabricado un prototipo de coste inferior a 60 euros y un CADR de 670 m³/h. Para que pueda llegar a ser una solución real, deberá contar con el respaldo de la Administración, a quien se está solicitando que realice las evaluaciones necesarias.

Javier Ballester Universidad de Zaragoza-Liftec

José Luis Jiménez Universidad de Colorado en Boulder

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