formación y empresa

Cinco aptitudes imprescindibles para marcar la diferencia en el ámbito laboral

Afrontar con éxito una carrera profesional no depende solo de los conocimientos adquiridos en cada disciplina, sino de trabajar ciertas habilidades.

Trabajo en equipo.
Trabajo en equipo.
Pixabay

Acceder al mundo laboral no solo pone a prueba los conocimientos de los recién graduados sino que también pone de manifiesto sus habilidades para desenvolverse en el día a día de una organización, ya sea afrontando una situación adversa, ofreciendo una solución innovadora o trabajando en equipo, entre otras valiosas aportaciones.

Cada vez se hace más necesario formar las capacidades y competencias de los candidatos  para su incorporación al mundo laboral, más allá de los meros conocimientos, tal y como explica Antonio Sango, director de la escuela de negocios de ESIC, quien considera muy valiosa la contribución de las empresas en los programas de formación superior porque ayudan a fomentar las aptitudes precisas para el buen desempeño de funciones en una compañía.

De todas ellas, es posible destacar aquellas en las que se hace más hincapié en los itinerarios formativos enfocados al acceso al ámbito empresarial:

  • Saber comunicar. Es importante estructurar un mensaje de forma efectiva para que sea bien recibido por los miembros del equipo, responsables de área o clientes y colaboradores externos. A este respecto, también influyen las técnicas de lenguaje no verbal y ciertos consejos que contribuirán a transmitir competencia, confianza y seguridad.
  • Trabajar en equipo. Es uno de los requisitos más valorados en las entrevistas de trabajo. La importancia de la proactividad, la gestión de conflictos, los roles y poner en valor la colaboración en lugar de la competición son algunas de las cuestiones que se pueden entrenar para mejorar esta habilidad.
  • Motivarse. El éxito de un cometido depende, en gran medida, de la energía que se ponga en conseguirlo. Por ello, resulta interesante enseñar a orientar cada una de las acciones que se realizan a metas concretas para que la tarea se realice con sentido.
  • Aportar creatividad. Es una característica diferencial entre distintos perfiles y una herramienta para solucionar problemas empresariales y aportar un enfoque innovador a un proyecto. Cada vez la creatividad se convierte en un valor más apreciado en el currículo.
  • Trabajar la inteligencia emocional. Asumir los errores y aprender de ellos, rectificar los sentimientos negativos como la ira o al envidia y convertirlos en un motivo de superación o trabajar la autoestima son aspectos básicos para la vida personal, pero también para el éxito profesional.