Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Billete al futuro

Dopaje con bacterias contra la fatiga muscular

Las bacterias del género Veillonella son especialistas en degradar el ácido láctico, que causa la fatiga muscular. Los corredores de maratón albergan en su intestino nutridas poblaciones. ¿Trasplantarlas a atletas que no las tienen aumentaría su rendimiento deportivo? Quizás estemos a las puertas del dopaje microbiómico a través del trasplante fecal de microbiota.  

Los corredores de maratón albergan determinadas bacterias en sus intestinos
Los corredores de maratón albergan determinadas bacterias en sus intestinos
Raquel Labodía

El presente

¿Es posible mejorar el rendimiento deportivo actuando sobre el microbioma? En esa dirección apuntan las conclusiones alcanzadas por un estudio recientemente publicado y que ha encontrado un patrón común en la flora bacteriana intestinal de corredores de maratones. Concretamente, una elevada población de bacterias que rompen el ácido láctico que, al acumularse en los músculos, provoca fatiga.

La investigación, efectuada por científicos de la Universidad de Harvard, monitorizó la flora bacteriana de 15 corredores participantes en el maratón de Boston durante la semana previa y posterior a la carrera enfrentándolos a un grupo de control sedentario. Y descubrieron que la flora bacteriana de todos los corredores presentaba un significativo aumento de bacterias del género Veillonella tras la competición. Una evidencia que confirmaron tras realizar un seguimiento análogo de otros 87 ultramaratonianos de élite y triatletas olímpicos.

Hasta aquí, nada inesperado o sorprendente, dado que ya se sabía que el ejercicio puede afectar y alterar la flora microbiana.

Pero lo verdaderamente relevante es que, al aislar una de estas cepas de Veillonella procedentes de los atletas e introducirla en ratones, estos exhibieron un significativo aumento en su resistencia física frente a congéneres no tratados. El motivo, tal y como constataron los investigadores, parece ser que dicha bacteria es capaz de degradar con suma eficacia el ácido láctico, responsable de la fatiga muscular.

Lo anterior induce a pensar que se puede mejorar el rendimiento deportivo actuando sobre el microbioma. No obstante, la comunidad científica incide en que es una investigación preliminar, muy limitada, y que es imprescindible realizar nuevas investigaciones antes de establecer una conclusión definitiva, a la vez que alertan que actuar sobre el microbioma es algo muy arriesgado teniendo en cuenta lo poco que sabemos sobre él y el delicado equilibrio existente entre las distintas y numerosas comunidades que lo integran; cualquier mínima modificación puede provocar efectos secundarios. A pesar de lo cual, ya hay laboratorios y entidades que ha iniciado líneas de investigación para desarrollar suplementos probióticos que aumenten el rendimiento deportivo.

El futuro: 2048

Ya es oficial. La Agencia Mundial Antidopaje ha confirmado que, a partir de los Juegos Olímpicos de 2048, contará con un laboratorio específico para la lucha contra el dopaje microbiómico, una práctica cada vez más extendida y habitual entre muchos deportistas en un intento de aumentar su rendimiento competitivo, pese a haber sido prohibida.

Cabe recordar que esta novedosa modalidad de dopaje se basa en el 'trasplante fecal de microbiota', un procedimiento desarrollado en la segunda década del siglo y consistente en repoblar o sembrar el microbioma del receptor con una preparación fecal de un donante trasplantada en el colon del primero. En un primer momento, dicha técnica surgió y se aplicó para el tratamiento de trastornos y enfermedades gastrointestinales. Sin embargo, en el año 2030 la NASA comenzó a emplearla como alternativa de acondicionamiento del organismo de los astronautas antes de afrontar viajes espaciales. Poco después, la medida fue adoptada por el ejército estadounidense a fin de aumentar la resistencia física de los soldados desplazados al frente, tras haberse confirmado años atrás que dicha condición podía ser mejorada al actuar sobre la flora microbiana intestinal.

Si bien en un principio esta mejora se perseguía a través de la ingesta de suplementos microbiómicos, una alternativa por lo demás más segura, pronto se constató que el trasplante fecal de microbiota resultaba más efectivo y, sobre todo, inmediato. Precisamente lo que ansían muchos deportistas justo antes de afrontar una competición.

Algunos atletas -cada vez más-, tras haber alcanzado su máximo rendimiento con el entrenamiento, recurren a trasplantes de material fecal cargados de bacterias que participan en procesos metabólicos como la degradación de ácido láctico o la producción de propionato, molécula que aumenta el ritmo cardíaco y el consumo de oxígeno.

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