Sobre el amor hay mucho escrito. Se dice de él que no existe, que duele, que puede ser platónico, que está en el aire, que el primero nunca se olvida... pero lo que (casi) nadie cuenta es que también engorda. Al menos eso es lo que ha revelado una encuesta realizada a 2.000 personas. El trabajo, elaborado por la empresa de investigación 'OnePoll' para la compañía estadounidense de control de peso Jenny Craig, también ha desvelado los motivos.

De los entrevistados, tres de cada cuatro habían sumado más de 16 kilos a la báscula desde que abandonaron la soltería, y la mitad de ese peso lo ganaron durante el primer año de relación.

Una cuestión masculina

Mientras más de la mitad de las mujeres (el 55%) afirmaba no haber experimentado ningún cambio en su cuerpo durante el periodo de noviazgo, siete de cada diez hombres aseguraban haber engordado durante su primer año de relación.

Sedentarismo romántico

Para explicar cómo se hicieron con esos kilos extra, muchos de los entrevistados culparon a los planes románticos en los que había comida. En el 41% de los casos atribuyeron su nuevo peso a las encuentros en restaurantes con su pareja y otro 30% a los momentos de sofá, manta y película en los que acababan pidiendo comida a domicilio y en los que tomaban alcohol.

Un cambio reversible

A pesar de que pasar de estar soltero a encontrarse en pareja puede conllevar una subida de peso, el apoyo mutuo también puede revertir este proceso. Según reveló la encuesta, la mayoría de los entrevistados comenzaron a perder peso al iniciar su convivencia. Además, el 60% de ellos se deshizo de los kilos extra gracias al seguimiento de una dieta saludable y compartida, y el 52% había empezado a hacer deporte con su pareja.

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