Encuentra el teclado entre todas estas cebras

Un desafío visual en blanco y negro que es tan complicado como parece.

Aquí solo hay cebras. El teclado está en la imagen de abajo.
Aquí solo hay cebras. El teclado está en la imagen de abajo.

Cebras. Muchas cebras. Montones de cebras. Y las teclas de un piano. Esta combinación protagoniza el último desafío visual que recorre las redes sociales.

La imagen ha aparecido en varios medios británicos y a partir de ahí ha llegado a internet. El juego es simple -que no sencillo-: hay que encontrar las teclas de un piano escondidas entre las cebras.

La complicación radica en que con tanta raya blanca y negra se hace muy difícil distinguir el teclado. Y además, hay truco, porque solo asoma un trocito de piano entre los lomos y cabezas de los cuadrúpedos rayados.

Muchas cebras y un piano

Además de la dificultad de encontrar las teclas entre tantas rayas de los mismos colores, la imagen puede provocar el llamado efecto McCollough. Este fue bautizado en 1965 por una psicóloga estadounidense, Celeste McCollough, quien descubrió que tras mirar durante alrededor de un minuto imágenes con rayas blancas y negras, y fijar la vista después en otras de rayas rojas y verdes, al volver a mirar las primeras estas se aprecian de tonalidades verdes y rosas.

El efecto es tan intenso, además, que puede quedar grabado en nuestras retinas durantes meses, de manera que nos cueste volver a ver las líneas blancas y negras de su color original. Los científicos aún no tienen claro qué provoca este curioso fenómeno, pero creen más que más que un efecto óptico el McCollough es un 'efecto cerebral', porque lo que provoca son cambios neuronales.

No es fácil. Lo sabemos, por eso estamos dispuestos a revelar la solución. Eso sí, dese un tiempo. Pruebe un rato a ver si consigue encontrar las teclas antes de pasarse a la vía fácil y buscar la respuesta en la foto inferior. Como ayudita, sirva esta pista: el teclado no está en la parte de arriba de la foto.

Las cebras y el teclado, solución

¿Lo ven? Era complicado. Hay que hilar muy fino para encontrar esa media docena de teclas entre animalito blanquinegro...

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