Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Lo que dicen de nosotros las aguas residuales: 2.500 millones al año en droga

La Unidad de Calidad del Agua del CSIC estudia el consumo de drogas en las ciudades mediante del agua que entra en las depuradoras.

La depuradora de La Cartuja, en Zaragoza.
La depuradora de La Cartuja, en Zaragoza.
Guillermo Mestre

Una red de laboratorios europeos analiza una vez al año la presencia de drogas en las aguas residuales de distintas ciudades. El objetivo, según explican, es extraer una dato objetivo sobre el consumo de drogas por parte de la población.

Y vaya si lo extraen. Y sacan conclusiones, también. Tras cinco años monitorizando las aguas residuales de la ciudad de Barcelona, los investigadores de la Unidad de Calidad del Agua del CSIC extrajeron que, por cada 1.000 vecinos de entre 15 y 64 años viviendo en el área metropolitana, se consumían 38 gramos al día de cannabis y 2,4 gramos de cocaína. Y observaron, también, que el consumo de estas sustancias iba en aumento año tras año y que, en el caso del alcohol, la cocaína y el MDMA, las cifras se disparaban los fines de semana.

El grupo de investigadores del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC utilizó también esta información para extrapolar las cifras a nivel nacional y llegó a la conclusión de que los españoles se gastan más de 2.540 millones de euros al año en la compra de drogas ilegales. El 65% en cocaína. Casi 1.650 millones de euros anuales invertidos en 28 toneladas de cocaína.

Red estatal

Con estos datos en la mano se impulsó la creación de la Red Española de Aguas Residuales con fines Epidemiológicos (ESAR-Net). En ella participan seis grupos de investigación y este año se publicarán los resultados del primer estudio amplio llevado a cabo a nivel nacional sobre el consumo de drogas en la población a partir del análisis de sus aguas residuales. El estudio incluye 13 ciudades españolas, ninguna de ellas en Aragón.

Miren López de Alda, investigadora responsable del grupo de investigación de Barcelona, expone que el objetivo principal de la red es llegar a involucrar a las entidades competentes en prevención y salud pública para analizar en profundidad y de forma periódica el consumo de drogas en territorio español.

Cómo se detecta

Las aguas residuales recogen de forma anónima la orina de miles de personas. Basta con analizar la cantidad de determinadas sustancias presentes en el agua que llega a las depuradoras para estimar el nivel de consumo de una droga concreta en una población. La huella de la cocaína, por ejemplo, se detecta a través de la benzoilecgonina, un producto que llega prácticamente intacto a la depuradora.

"Teniendo en cuenta el tamaño de la población que vierte sus aguas, se pueden normalizar los resultados expresándolos en miligramos al día por cada mil habitantes", explican desde la red de investigación.

De momento, los datos obtenidos hasta ahora permiten corroborar que España se encuentra en un nivel medio-alto en cuanto al consumo de cannabis y cocaína si la comparamos con otras ciudades europeas. En los países nórdicos, por ejemplo, se consumen más las anfetaminas.

Apuesta por la investigación

Desde la red claman por la implicación de las entidades públicas para extender los análisis a un mayor número de ciudades, incluyendo localidades menos pobladas.

También podría utilizarse para evaluar cómo varían los consumos en determinados "entornos especiales". Ya se ha hecho, por ejemplo, durante las Fallas de Valencia y  en Castellón durante la celebración de un conocido festival de música internacional.

El Ebro y Zaragoza

En Zaragoza, el CSIC no hace este tipo de estudios desde el año 2009, cuando se concluyó que en la ciudad se consumían 1,3 kilos de cocaína al día.

El mismo grupo de investigación analizó años después la presencia de estas sustancias en el agua de distintos ríos españoles. Es decir, una vez pasado ya el filtro de las depuradoras. López de Alda explica que la mayor parte de los restos de drogas se eliminan durante la depuración, pero parte sigue llegando a los ríos. En 2011 se encontraron en el Ebro entre 3 y 3,2 nanogramos de cocaína por litro de agua.

La semana pasada se daba a conocer un estudio acerca de los posibles efectos sobre las anguilas de la cocaína presente en el río Támesis. Desde la red española encargada de realizar estos estudios, López de Alda apunta a la necesidad de ampliar el campo de acción y empezar a analizar cómo afectan a los ecosistemas de los ríos los restos de drogras que van a parar a sus aguas cada año.

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