Madonna es sinónimo de provocación. Desde hace seis décadas, la cantante no deja de revolucionar el panorama social y musical del planeta tierra. Y este año no iba a ser una excepción.

Una polémica que  trae de culo, literalmente, a cientos de miles de seguidores que se han mostrado sorprendidos con su trasero, que luce unas prótesis al estilo Kardashian que ha dejado a sus fans boquiabiertos.

Fiel a su consigna de que en boca cerrada no entran moscas, ella ni confirma ni desmiente haberse puesto implantes. Pero ha utilizado sus redes sociales para defenderse de los ataques asegurando que: "No busco la aprobación de nadie. Tengo derecho a disponer de mi cuerpo como todo el mundo".

La imagen que ha provocado el desconcierto pertenece a un concierto que la artista ofreció hace unos días en el pub Stonewall Inn, uno de los bares gays más icónicos de Manhattan.

Su atuendo, compuesto por un pantalón ajustado negro y una cazadora de cuero repleta de cadenas, era muy elocuente y destacaba una retaguardia que poco tiene que envidiar a la de Kim Kardashian, famosa en el mundo entero por sus partes menos nobles.

Pero la polémica no es nueva. Hace poco más de un año, en otra gala solidaria celebrada en Miami para recaudar fondos para su obra benéfica en Malawi, los rumores sobre su voluminoso trasero fueron continuos, al verla bailar twerking con Ariana Grande.

Ante su silencio, el tema se dio por zanjado y muchos de sus seguidores pensaron que la cantante había recurrido a los rellenos de rellenos gomaespuma que algunas mujeres utilizan para potenciar diversas partes de su cuerpo.

Sea la que sea, Madonna vuelve a estar en el candelero una vez más. Y esta vez la polémica no tiene que ver con la relación con sus hijos, con una nueva adopción o con un amor platónico. Ahora, es su culo quien está dando que hablar.