Arranca el número y el mago empieza su tarea. Los primeros intentos por librarse de la camisa de fuerza son enérgicos. Así transcurren unos 20 segundos y a partir de ese momento los gestos se ralentizan. Una de las razones es que al empezar a quitarse la camisa se quedó enredado en uno de los enganches y eso le hizo perder más oxígeno y energía de lo previsto para soltarse los brazos. Pero decidió continuar y pasado un minuto y 20 segundos hay un intento fallido de salir a superficie. La exclamación del niño pone en guardia al resto. Pero aún pasarán unos cuantos segundos, más de 40, hasta que los asistentes se deciden a sacarlo del tanque ante la alarma general. Ya recuperado en el hospital, Pedro Volta describe su experiencia con la eficacia de un mago veterano. Sus palabras aluden a un viaje de ida y vuelta. Volvió de un desvanecimiento causado por la apnea. Sus asistentes le sacaron a tiempo pero el susto que se llevó la plaza entera no habrá magia que lo resuelva.

El incidente ocurrió durante la tercera edición del Festival Internacional de Magia en la localidad madrileña de Navacerrada. Los asistentes al espectáculo asistieron con el alma encogida a esos minutos de incertidumbre. Llegaron a pensar que el número de magia acabaría convirtiéndose en un suceso luctuoso. Por fortuna no fue así y se produjo el momento realmente mágico de regresar a la vida.

El mago fue rescatado por los policías municipales y los organizadores del evento y trasladado al centro hospitalario de Collado Villalba con la conciencia recuperada, una vez que le fue practicada la maniobra de recuperación cardiopulmonar.

"Estuve cuatro minutos en parada cardiorrespiratoria, literalmente muerto", comentó el ilusionista a la emisora de radio COPE. Una vez pasado el susto, Volta se encuentra recuperado "con ánimo y actitud".