La paridad según Frisa

Muchas veces la presencia de mujeres en ciertos actos se tolera únicamente por la obligación de cumplir con la paridad.

Las mujeres han sido invisibilizadas sistemáticamente.
Las mujeres han sido invisibilizadas sistemáticamente.

A veces, desde distintas instituciones me invitan a dar charlas, a ser jurado de premios literarios o a escribir artículos. Imagino las reuniones en las que se deciden los participantes y cómo se les han complicado por culpa de la dichosa paridad. Impera la dictadura de lo políticamente correcto y es necesario incluir mujeres, así que sueltan un bufido y se ponen serios: "¿A quién conocéis?". Y es en el marco de ese debate cuando surge mi nombre. "¿Y si llamamos a María?".

Campechanamente, suelen sincerarse conmigo: "Necesitamos una, dos, tres mujeres y hemos pensado en ti". El criterio no son mis méritos literarios (soy la autora aragonesa más galardonada, he sido la más vendida, mi obra se ha traducido y publicado en más de veinte países…). No. Son solo mis ovarios.

Después, al leer el resto de seleccionados, casi siempre me sorprende gran parte de la ‘nomina masculina’: escritores que casi no publican ni venden, jurados que no han ganado ningún premio, supuestos sabios… ¿Con qué criterio los han elegido a ellos?, ¿camaradería? Me irrita y me escuece porque sin la paridad, sin esa obligación, nunca habrían contado conmigo.

Las mujeres hemos sido sistemáticamente invisibilizadas, por eso es tan necesario que se pronuncien nuestros nombres, que nos hagamos presentes. Y si cree que exagero, ¿es capaz de citar a alguna de las únicas cuatro galardonadas con el premio Cervantes en sus cuarenta y tres años de trayectoria?

María Frisa es escritora