Tercer Milenio

En colaboración con ITA

De investigadora solitaria a promover la legislación para enfermedades femeninas

Tasia Aranguez fue ganadora el año pasado del premio de investigación por su trabajo '¿por qué la endometriosis concierne al feminismo?'

Los síntomas fundamentalmente de la endometriosis son el dolor y la infertilidad.
Aranguez denuncia la falta de credibilidad que sufren las afectadas de endometriosis.

Tasia Aranguez, profesora del departamento de Filosofía del Derecho de la Universidad de Granada y especialista en feminismo jurídico, ha pasado en un año de ser una investigadora solitaria a negociar con las instituciones cambios legislativos que tengan en cuenta las enfermedades de las mujer y mejorar la calidad de vida de quienes las sufren.

Aranguez fue la ganadora de la edición de 2017 del premio de investigaciones feministas en materia de igualdad que otorgan el Instituto Aragonés de la Mujer y la Universidad de Zaragoza por su trabajo '¿Por qué la endometriosis concierne al feminismo'? y por el que este viernes ha regresado a la capital aragonesa como conferenciante con motivo de la tercera edición de este galardón que, ha confesado a Efe, le ha "cambiado la vida".

Gracias a este reconocimiento, estos trabajos que "a nadie interesaban" sobre las enfermedades que sufrían sus compañeras de trabajo y ella misma como afectada de endometriosis, ocupan ahora tribunas de prensa, debates institucionales y negociaciones para promover cambios legislativos que incluyan entre las causas de discapacidad algunas de esas enfermedades crónicas que sufren las mujeres.

Las mujeres, ha reconocido, "no solemos pensar en nuestro trabajo, somos poco escuchadas", pero gracias a este premio, cuando pudo saltar a los medios tuvo la fuerza para reivindicarlo en el Congreso, para lo que también cuenta con el apoyo de otras asociaciones de enfermedades feminizadas.

Y es que, según Tasia Aranguez, abordar las enfermedades y la investigación desde una perspectiva de género, además de evitar las pérdidas económicas por el absentismo que generan, permitiría disponer de medicamentos adecuados para que las mujeres ganaran en calidad de vida.

El problema, ha apuntado, es que en dolencias como la endometriosis las mujeres son tratadas con medicamentos que, por ejemplo en Estados Unidos se utilizan para esterilizar a violadores, o con antidepresivos como si fueran problemas de salud mental.

Aranguez denuncia la falta de credibilidad que sufren las afectadas, incluso por parte de los jueces, o que se tarde nueve años para obtener un diagnóstico, cuando son enfermedades que afectan a la vida afectiva porque las relaciones sexuales causan dolor, o a su vida diaria por un cansancio permanente como ocurre con la fibromialgia, una dolencia que en el 80 % de los casos sufre la población femenina, y a la que se dedica una cantidad "ínfima" de recursos.

"Es necesario que la salud introduzca la perspectiva de género, porque hombres y mujeres no son iguales y las mujeres tienen una manera distinta de reaccionar a la medicación" pero también, ha insistido Aranguez, una atención sanitaria que "no desconfíe sistemáticamente de las mujeres en la consulta" y una normativa de discapacidad que permita, por ejemplo, adaptar los puestos de trabajo o reconocer una pensión a las mujeres que no pueden trabajar.

Son aspectos recogidos en la investigación que la hizo merecedora de dicho galardón, unos premios que, ha asegurado, "suben la autoestima" y además "no caen en saco roto" si la movilización continúa.

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