Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Energía: mover el mundo de forma eficiente y sostenible

Renovables, vehículos eléctricos, eficiencia energética... son conceptos que surgen directamente al pensar qué moverá el mundo pasado mañana. Pero no van solos. Lograr una energía sostenible pero también ‘justa’ es una meta a alcanzar no solo con tecnología, también con voluntades. Así lo sueña la subdirectora del Instituto de Investigación CIRCE, Sabina Scarpellini, quien repasa cómo ha cambiado el panorama energético en los últimos 25 años.

Vuelta a España en vehículo eléctrico
Vuelta a España en vehículo eléctrico
Enrique Navarri

Las renovables aparecen en el centro del escenario cuando se habla de energía y futuro. En los últimos 25 años, para la investigadora del Grupo de Investigación de Socioeconomía y Sostenibilidad de la Universidad de Zaragoza y del Instituto de Investigación CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos), Sabina Scarpellini, el desarrollo tecnológico de las energías renovables es uno de los grandes hitos. «Las energías renovables se han consolidado como fuentes de energía competitivas en muchos países del mundo, tanto para la generación eléctrica como para la calefacción, expandiéndose el uso de las energías renovables paulatinamente también al transporte», señala. «La energía eólica primero, y ahora también la solar y la biomasa son competitivas en costes con los combustibles fósiles en muchos mercados, sumándose a la energía hidroeléctrica. Además, los gobiernos continúan promoviendo ciudades y comunidades cien por cien renovables y las empresas desempeñan un papel clave en las inversiones y el impulso de las nuevas tecnologías sostenibles».

Pero también se han transformado los mercados y se atisban nuevos cambios. Mientras «las estructuras organizacionales basadas en monopolios definieron el mercado de la energía durante muchas décadas, en los últimos 25 años el mercado energético ha experimentado una reforma radical que ha conducido en Europa a su liberalización y que ahora nos hace vislumbrar otra revisión radical, con una atomización del mercado, el autoconsumo y la digitalización», reflexiona. Otros factores relevantes de crecimiento de los últimos 25 años incluyen, en su opinión, el acceso a la financiación y la seguridad energética.

El almacenamiento de energía sigue superando retos y la eficiencia energética gana posiciones, siempre de la mano de la tecnología. Así, «el empleo de aparatos no conectados ha llevado a una mejora sustancial de los sistemas de generación y utilización de la energía y a la eficiencia energética». En particular, «se ha logrado el almacenamiento de cantidades cada vez más grandes de energía empleándose espacios muy reducidos y acortándose notablemente los ciclos de recarga». Esto ha permitido que «innumerables aparatos eléctricos puedan emplearse de manera no conectada y que los vehículos eléctricos sean ya una realidad; su crecimiento se prevé muy elevado en el futuro próximo».

El sueño científico de una experta en energía
«La energía es un medio necesario para proporcionar suficientes alimentos, agua y recursos para permitir que los seres humanos tengan una vida digna. La erradicación de la pobreza energética es fundamental y el desafío es proporcionar energía suficiente, sostenible y equitativa; la energía renovable distribuida tiene que avanzar rápidamente para cerrar la brecha entre los que tienen y los que no tienen energía».

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