Vocación

Los jóvenes deben atender a su vocación a la hora de elegir estudios o profesión.

Hay que trabajar y pelear para llegar a ser lo que uno quiere ser.
Hay que trabajar y pelear para llegar a ser lo que uno quiere ser.

A menudo imparto charlas en institutos. Hablo de investigación, les asusto con el tabaco y se llevan memorizado el ABCDE del melanoma. Si solo recuerdan el susto me doy por satisfecho. Últimamente me han asustado ellos. En los coloquios que mantenemos después les cuento lo importante que es descubrir tu vocación y trabajar, esforzarse y pelear duro por ella. Y siempre hablo de mi compañero de pupitre Jorge Usón como un psiquiatra que amaba el teatro y ahora es el mejor actor del mundo. Y cantante. Pese a que más del 90% de los actores no viven de su trabajo. Porque encontró su vocación y la alineó con su talento.

A menudo los estudios que desean cursar los jóvenes con los que charlo no concuerdan con sus vocaciones. Escucho con frecuencia que «como tengo una nota muy alta, para no perderla, voy a estudiar Medicina». Más a menudo en boca de ellas porque estudian más y sacan mejores notas. Tristemente, enseguida descubres que la decisión les viene de casa, donde sienten una presión enorme entre el primero, el segundo, el postre y el café. A diario. Pero la nota de selectividad es solo un reflejo de la oferta y la demanda en un momento dado. En mi año, una de las más altas en selectividad fue Teleco y ahora, algunos años, entran todos. Y tienen paro. La presión familiar explica, aunque solo en parte, que haya menos mujeres cursando ingenierías y que cursen otras carreras sin vocación. Muchos jóvenes tal vez no pierdan la nota, pero perderán su vida, la vocacional, por miedo.