Aterrizaje de emergencia "en modo balístico"

Una nave 'Soyuz' con dos astronautas vuelve bruscamente a tierra dos minutos después del despegue tras un fallo del cohete.

Alexey Ovchinin y Nick Hague, momentos antes de subir a bordo de la Soyuz MS-10.
Rescatan a los astronautas de la nave rusa Soyuz que sufrió un aterrizaje forzoso
Efe

Habían pasado solo dos minutos y 45 segundos desde el despegue del cosmódromo de Baikonur hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) cuando, poco después de las 10.40 horas, Alexéi Ovchinin, comandante de la 'Soyuz MS-10', fue consciente de que el viaje había terminado. "Ha sido un vuelo rápido", bromeó por radio con el control de la misión tras informar de "una avería en el cohete portador" después de la separación de la primera etapa.

La cápsula en la que viajaba con el estadounidense Nick Hague salió entonces disparada de lo alto del cohete y emprendió un brusco descenso "en modo balístico". Los tripulantes soportaron aceleraciones de hasta 6,7 g, los paracaídas frenaron al final el descenso y aterrizaron en la estepa kazaja, a 400 kilómetros de Baikonur. Los sistemas de emergencia de la 'Soyuz', diseñados en los años 60 por Sergéi Korolev, el padre de la astronáutica soviética, les habían salvado la vida.

La incertidumbre, sin embargo, se mantuvo en el control de la misión hasta que, ya en tierra, Ovchinin y Hague informaron por radio a los equipos de rescate de que estaban bien. "La tripulación está viva y se estableció contacto con ella", anunció al mundo la agencia espacial rusa, Roskosmos. Los astronautas fueron sometidos a exámenes médicos antes de su traslado a la Ciudad de las Estrellas, a las afueras de Moscú, con parada en Baikonur, donde se reencontraron con sus familias.

El accidente es el primero de una misión tripulada rusa desde el 26 septiembre de 1983. Hace 35 años, la 'Soyuz T10a', con destino a la estación espacial 'Salyut 7', salió disparada segundos antes de que su cohete explotara en la torre de lanzamiento de Baikonur. Los astronautas soportaron una aceleración máxima de entre 14 g y 17 g, pero aterrizaron sanos y salvos.

El incidente se plasmará en "una investigación de lo más rigurosa con inspecciones en las fábricas", adelantó el director de Roskosmos, Dmitri Rogozin, quien destacó que el fallo ha ocurrido en "un cohete con una estadística de accidentes muy baja". La primera consecuencia del viaje frustrado de Ovchinin y Hague a la ISS, donde iban a permanecer seis meses como miembros de la Expedición 57, es la suspensión de los vuelos tripulados rusos.

Así que en estos momentos la ISS está aislada: nadie puede subir al complejo ni bajar de él, lo que hará que sus actuales ocupantes prolonguen su estancia al menos hasta enero. Es la consecuencia de que solo uno de los países socios tenga capacidad para vuelos tripulados.

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