Una joven, expulsada de un centro comercial por llevar pantalones cortos

Dos vigilantes de seguridad echaron a Gabrielle Gibson  del centro de compras en Alabama por el tamaño de sus 'shorts'.

Gabrielle Gibson, con la ropa que llevaba cuando fue expulsada de un centro comercial por llevar pantalones cortos.
Gabrielle Gibson, con la ropa que llevaba cuando fue expulsada de un centro comercial por llevar pantalones cortos.
Gabrielle Gibson

Gabrielle Gibson, una joven de 19 años de edad de Alabama, en Estados Unidos, fue expulsada de un centro comercial por llevar pantalones cortos. 

El suceso ocurrió el pasado 1 de agosto, cuando dos vigilantes de seguridad le dieron el alto cuando visitaba el centro de compras Bell Air. Los miembros de seguridad la invitaron a abandonar el lugar debido al tamaño de sus ‘shorts’.

Gibson compartió en Facebook las imágenes de la vestimenta que llevó ese día, cuando la temperatura alcanzó, según su versión, 38 grados centígrados.

“Fui literalmente acosada y expulsada del centro comercial (Bel Air) en Mobile, Alabama por lo que llevo puesto. Los hombres no podían contenerse, así que me echaron”, publicó indignada.

Y es que uno de los miembros de seguridad le dijo a la chica que había visto sus nalgas y que “eran un problema”.

“¿Qué tal si no me miras el culo?”, espetó la joven en la red social.

Desde el centro comercial defendieron la postura de los encargados de seguridad tras afirmar que el objetivo es garantizar “un entorno familiar”, por lo que quien no cumpla con sus parámetros “deberá cambiarse o marcharse”.

Gibson confesó en la publicación que se había sentido avergonzada y apuntó a 'The Mirror' que cuando salió de casa se sentía guapa y feliz consigo misma. “Pero el hecho de que hombres adultos me atacaran por lo que llevaba puesto cuando sólo quería mirar y comprar cosas fue excesivo”, sentenció la joven.

Otra mujer, insultada y escupida por el mismo motivo en Murcia

La semana pasada, en Murcia, una mujer sufrió insultos, amenazas y escupitajos por llevar pantalones cortos. Así lo narró en las redes sociales, donde lamenta que la Policía no hiciera un esfuerzo mayor para encontrar al responsable, que había sido grabado por una cámara de seguridad de una gasolinera.

El hecho ocurrió el 24 de julio a las 10  de la mañana, a 30ºC. Mika volvía a casa tras pasar el reconocimiento médico del trabajo. A punto de pasar por una gasolinera, empezó a escuchar gritos: "¡Puta, cerda, hija de puta, asquerosa!" Los insultos se escuchaban cada vez más cerca de ella, y al girarse vio a dos chicos andando y a un hombre en bicicleta.



 

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