Tercer Milenio

En colaboración con ITA

"Los productos domésticos contaminan el aire urbano tanto como el tráfico"

Este investigador zaragozano no le quita ojo al aire que respiramos. Por eso se fue a trabajar a la Universidad de Colorado en Boulder, "una ciudad muy bonita y dinámica junto a las Montañas Rocosas" que es la capital mundial de la investigación en contaminación atmosférica. Los resultados de su último estudio han sorprendido a los propios investigadores: las emisiones de compuestos orgánicos volátiles procedentes de productos de uso doméstico como detergentes, perfumes o pinturas, ya son tan importantes como la contaminación de los coches.

Esta cámara de 'smog' atmosférico junto a la que está José Luis Jiménez permite estudiar reacciones químicas en el laboratorio
Esta cámara de 'smog' atmosférico junto a la que está José Luis Jiménez permite estudiar reacciones químicas en el laboratorio
Annie Handschy

Desde el año 2002, es profesor en la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos), la capital mundial de la investigación en contaminación atmosférica, "razón por la que vine (y sigo) aquí", a pesar de haber tenido ofertas de trabajo en el MIT, Harvard o California. Este investigador zaragozano estudió Ingeniería Industrial en el Centro Politécnico Superior (1992) y realizó el doctorado en el MIT de 1994 a 1999. Hizo un posdoc o estancia de investigación en el MIT y Aerodyne, una empresa de Boston que fabrica instrumentos de investigación, y en Caltech (Los Ángeles).Cuando pensamos en el aire contaminado de las ciudades, nos viene a la cabeza la imagen de los tubos de escape de los coches. Pero parece que no son los únicos culpables. ¿Qué nos dice el trabajo que acaba de publicar su grupo de investigación en ‘Science’?

Este trabajo estudia las fuentes de contaminación que afectan al aire de las ciudades (en el exterior de las casas, no en el interior), y aporta nuevos resultados sobre compuestos orgánicos volátiles (COV). Los coches siguen siendo importantes en la emisión de estos compuestos, pero, al ser cada vez más limpios, hay otra fuente de contaminación de COV que ahora es igual de importante: los productos químicos volátiles (PQV) como detergentes, desodorantes, pinturas, disolventes, pegamentos, pesticidas, perfumes, etc. Tanto los usos personales (en casa) como los industriales.

¿Cómo se realizó este estudio?

En el artículo hacemos un balance de masa del uso de combustibles (gasolina y diésel) comparado con productos químicos volátiles. Se usa una cantidad mucho mayor de combustibles, pero los motores modernos los queman muy eficientemente y una parte muy pequeña se emite a la atmósfera como compuestos orgánicos volátiles. En cambio, de los productos químicos volátiles, procedentes de perfumes y pinturas, se usa una cantidad menor, pero la mayoría del producto se evapora como compuestos orgánicos volátiles. Si un producto huele, es porque se están evaporando estos compuestos.

Las medidas que tomamos de la atmósfera de Los Ángeles solo se pueden explicar si se tienen en cuenta las emisiones de estos productos domésticos. Finalmente, medimos dentro de casas y oficinas para comprobar que hay suficiente cantidad de productos químicos volátiles para explicar las concentraciones que vemos en el aire exterior.

¿Qué son los compuestos orgánicos volátiles?

Son compuestos orgánicos (formados siempre por carbono y también hidrógeno, oxígeno y nitrógeno). Y son volátiles, es decir, se usan como líquidos, pero se evaporan y se convierten en gases en la atmósfera. Como por ejemplo la gasolina o el alcohol etílico, que se evaporan si se derraman.

Proceden de actividades humanas: los coches, el uso de productos (PQV) y otras actividades como la quema de biomasa. Y también en gran medida de los bosques, pero eso es poco importante en las ciudades comparado con las fuentes humanas.

Concretamente, ¿qué compuestos han estudiado?

En particular estudiamos el ozono (O3) y las partículas (PM), que son contaminantes secundarios. Esto quiere decir que no se emiten directamente, sino que se forman en la atmósfera con tres ingredientes: compuestos orgánicos volátiles (COV), óxidos de nitrógeno (NOx) y luz solar. Partículas y ozono tienen efectos muy graves para la salud humana: se estima que matan a 3-5 millones de personas al año en todo el mundo, reducen el tamaño de los pulmones de los niños, provocan cáncer de pulmón...

El resultado ha sorprendido a los propios investigadores...

Las medidas en Los Ángeles las hicimos en 2010 y algo no cuadraba. Debatimos e investigamos la causa durante años. Finalmente, con este estudio en ‘Science’ ha quedado muy claro que los culpables eran estos productos químicos volátiles debidos a los productos domésticos e industriales. Sabíamos que se usaban y que eran importantes dentro de las casas, pero no sabíamos que eran importantes para ozono y partículas fuera de ellas.

Quienes habitamos en grandes ciudades solemos pasar la mayor parte del tiempo dentro de los edificios. ¿Cómo es la calidad de ese aire interior?

El aire interior está contaminado por estos productos químicos volátiles, algunos de los cuales son tóxicos (muchos no han sido estudiados suficientemente, así que seguramente son mas tóxicos de lo que pensamos).

Y también se contamina ese aire interior con ozono y partículas que se forman afuera y se infiltran en las casas; aunque estén las ventanas cerradas, el aire de dentro de una casa se cambia casi completamente cada hora o dos, simplemente por infiltración.

Hablamos de productos de uso doméstico. ¿Podemos hacer algo?

Tratar de consumir menos productos y en menos cantidades. Cada uno de nosotros debe pensar si podemos evitar cada producto. Y, si los tenemos que usar, hacerlo en la menor cantidad y frecuencia posible. Por ejemplo, en mi universidad hay algunos edificios en los que no se permite usar perfumes. Los gobiernos también pueden poner límites a los compuestos más tóxicos o a los que contribuyen más a la formación de partículas y ozono.

¿Qué lecciones podemos extraer como sociedad?

Que nuestras acciones colectivas producen efectos muy negativos sobre nuestra salud colectiva, sobre todo a los mas débiles: niños, ancianos, personas enfermas...

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