Dan por muerto a Jordi González y el presentador se rebela denunciando a los responsables de la noticia

El presentador, uno de los rostros más conocidos de Telecinco, ha mostrado su indignación y enfado.

El presentador, en una imagen reciente, ha mostrado su enfado por estas falsas noticias.
El presentador, en una imagen reciente, ha mostrado su enfado por estas falsas noticias.
Instagram Jordi González

"Jordi González, encontrado sin vida después de un accidente... Se fue de repente un icono de España. Adiós, Jordi". Con este dramático mensaje se despertó recientemente uno de los presentadores estrella de Telecinco, Jordi González, quien ha sido falsamente declarado muerto por un medio de comunicación.

Ante esta noticia, el presentador ha mostrado su enfado y ha hecho público su sentimiento de indignación a la vez que ha asegurado que ha emprendido acciones legales contra los responsables de la información.  

"El medio que ha publicado esto (obviamente no lo citaré) ha sido denunciado en un Juzgado de Guardia esta misma noche. Se les va a caer el pelo", indica muy ofendido.

El comunicador está especialmente molesto y preocupado por lo que hubieran podido pensar sus familiares y amigos más cercanos, ya que pasa muchas temporadas fuera de España. Y también por el eco que la noticia podría tener entre sus fieles seguidores, a quienes ha querido tranquilizar con estas palabras: "Estoy muy bien y apurando vacaciones, que pronto toca volver a trabajar".

Esta no se la primera vez que el comunicador se ve envuelto en una polémica relacionada con su vida y su integridad física. De hecho, hace apenas unos meses se corrió el rumor de que había sido víctima de un incidente en Brasil. Para desmentirlo utilizó sus redes sociales y colgó un vídeo en el que podía verse y oírse: "Voy con el teléfono móvil en la mano y nadie me roba, nadie me secuestra y nadie me amputa la mano para robarme el teléfono. Osea, que exageran un poco sobre la falta de seguridad en Brasil".

Por el contrario, el catalán siempre ha asegurado que para conseguir la calma solo necesita tener en regla el pasaporte y comprarse un billete a  Río de Janeiro, su lugar preferido del mundo y al que vuelve siempre que sus obligaciones laborales se lo permiten.

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