Se las conoce como bolas chinas, sin embargo, cuando su uso recreativo -de índole sexual- dio paso a uno más terapéutico como tonificador del suelo pélvico, pasaron a denominarse ejercitadores de Kegel. Se trata de un producto de venta en cualquier farmacia y cuyo uso se extiende más cada año entre las aragonesas.

Tan solo el pasado año se vendieron en torno a 500 unidades en las farmacias de la Comunidad, según datos de los almacenes de distribución de medicamentos y productos sanitarios en Aragón. Una cifra que, según informan desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza (COFZ), se ha mantenido estable en los últimos años.

Pero ¿cuáles son sus aplicaciones terapéuticas? “Su función es fortalecer el suelo pélvico –es decir, el conjunto de tres músculos que sostienen la vejiga, la vagina y el recto- en mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz, o aquellas que están atravesando la menopausia. Es en estos momentos cuando se suele debilitar esta zona, lo que provoca pérdidas de orina e incontinencia”, explica Irene Escudero, farmacéutica adjunta de la Farmacia Bernardo Sánchez, ubicada en el Arrabal.

En cuanto a los ejercitadores que existen en el mercado, pueden ser de diferentes tamaños y se estructuran en niveles según el ejercicio que se lleva a cabo. “Lo que ocurre cuando se coloca el ejercitador es que se produce una contracción para aguantar el peso introducido de forma natural”, añade Escudero. El de nivel 1 tiene un peso de 28 gramos y es ideal para personas que lo van a utilizar por primera vez o tienen el suelo pélvico muy debilitado.

El siguiente, o el de nivel 2, pesa 38 gramos. “Este modelo es ideal para personas que ya han hecho ejercicios por su cuenta con anterioridad, o para embarazadas o mujeres que han dado a luz y se encuentran en la fase de posparto”, explica Escudero.

Finalmente, nos encontraríamos con el tercer nivel, cuyo uso es menos habitual, que tiene un peso de 48 gramos. “Este es para personas que ya ha utilizado el de nivel 2 y han realizado una serie ejercicios con la bola”, afirma.

En cuanto a los ejercicios a realizar, existen, por ejemplo, los ejercicios de Kegel sin bola, que consisten en contraer los músculos del suelo pélvico durante periodos de entre 2 y 10 segundos, relajar otros tantos, y volver a repetir. “Suelen realizarse entre tres y cuatro veces a la semana según indique el ginecólgo”, especifica Escudero.

Su colocación, como explica Escudero, es muy sencilla. “Se introduce en la vagina muy fácilmente y se extrae gracias a un cordón que lleva. Por supuesto es importante lavarla antes y después con jabón suave PH neutro o íntimo y dejarla secar al aire o con algún paño suave”, destaca.

Un efecto a medio plazo

Como explica la experta, los resultados de llevar a cabo estos ejercicios no son inmediatos y es necesario llevar a cabo un seguimiento y una continuidad . Siempre “es recomendable contar con la opinión de un ginecólgo”, indica.

El perfil de quienes solicitan estos ejercitadores es de lo más variado, debido a que incluye desde mujeres en edad fértil hasta las que llegan a la menopausia. “No es un producto que se venda por si solo como otros. La gente suele venir por prescripción médica”, asevera Escudero. En la actualidad, su precio en el mercado ronda los 15 o 20 euros. Además, se trata de un producto reutilizable y que tiene un largo periodo de vida útil.