Meghan Markle y el príncipe Enrique se darán el 'sí' quiero el próximo sábado en el palacio de Windsor. Según se había anunciado, la novia iba a ir al altar del brazo de su padre, Thomas Markle, pero solo cinco días antes de la ceremonia, el estadounidense ha anunciado este lunes que no estará allí.

Al parecer, el padre de Meghan se siente avergonzado después de que se haya descubierto que se dejó fotografiar por varios paparazzi. Markle aceptó que le tomaran varias imágenes de sus preparativos de la boda, y aunque las fotos parecen 'robadas', él había llegado a un acuerdo con los periodistas y cobró por las instantáneas.

Tras desvelarse toda la historia, y para no causar problemas a su hija, Markle ha optado por no viajar a Reino Unido. Así lo ha contado él mismo a la web de cotilleos estadounidense TMZ, que ha revelado la noticia.

También se ha sabido este lunes que el futuro suegro del príncipe Enrique sufrió un infarto hace seis días, pero que los médicos le habían dado permiso para ir a la boda de su hija.

Los padres de Meghan se divorciaron cuando ella tenía seis años, pero siempre ha mantenido una buena relación con su padres. Trabajó muchos años como director de iluminación para televisión y ahora  vive retirado en México desde hace años. La madre de la ya exactriz, Doria Raglang, es instructora de yoga y trabajadora social.

Será ella quien acompañe a su hija en el coche que la llevará a la iglesia de San Jorge, donde se celebrará la ceremonia. Lo que nadie sabe todavía es quién acompañará a la joven al altar, tras el repentino plantón de su padre.