Los emblemáticos monos, la flamenca, la cara de enfado, alegría o vergüenza. Los emoticonos se han convertido en una parte esencial de nuestras conversaciones diarias vía móvil, una forma de comunicación con un comienzo accidental. Estos símbolos tuvieron sus inicios en 1982 cuando Scott Fahlman utilizó una cara sonriente para evitar los problemas de interpretación de los mensajes que se intercambiaban entre los alumnos y los profesores en los paneles electrónicos de la universidad estadounidense Carnegie Mellon. Unos dibujos que matizan el tono de los mensajes ‘online’, ya sea para que un comentario no se malinterprete o para todo lo contrario, para enfatizar un comentario negativo. Los utilizas a diario, sin embargo, tal vez nunca te has parado a pensar que estos símbolos dicen mucho más de ti de lo que pueda parecer.

Un nuevo estudio realizado en la universidad Edge Hill en Reino Unido afirma que el uso de emoticonos puede revelar rasgos de personalidad. Un elemento comunicativo más, similar a la comunicación no verbal que acompaña a las conversaciones.

La investigación se llevó a cabo en dos fases. En primer lugar, se pretendió descubrir como las consideraciones psicológicas impactaban en el uso de 'emojis'. Los participantes informaron sobre el uso que realizaban habitualmente de estos símbolos para posteriormente participar en una conversación entre usuarios desconocidos de la manera más natural posible.

Después de esta primera fase, en segundo lugar, los usuarios que habían participado en las interactuaciones analizaron cómo los participantes habían utilizado los emoticonos en sus mensajes. De este análisis se llegó a la conclusión principal de que aquellos que utilizaban 'emojis' más positivos eran más abiertos y extrovertidos.

Tras estos resultados, los investigadores confirmaron que existe un gran factor psicológico en la elección de estos componentes y el carácter de cada persona. Los usuarios realizan juicios sobre cada persona en sus conversaciones en función de los emoticonos que utilizan. Aunque no son unos juicios muy veraces, ya que no pueden definir una personalidad en su totalidad, sí que dan algunas bases para poder conocer a una persona.

Esta nueva investigación vuelve a poner en valor el cambio en las relaciones interpersonales a raíz de auge de los avances técnicos. Un campo en continua transformación y del que aún se desconoce una gran parte. Tanto es así, que algunos ya ven en el GIF el próximo sucesor del emoticono, una prueba más de que el contenido audiovisual está ganando terreno al texto en las conversaciones ‘online’.